Mi solidaridad con el pueblo de Burgos. Esta gente está desesperada y son como los peces cuando dan los últimos coletazos fuera del agua. Les quedan cuatro días mal contaos. No tienen cabida en una democracia moderna y de tolerancia estos desaprensivos, cuyo único fin es sembrar el pánico en pro de una causa perdida. Lo que más me asombra es que ni siquiera han avisado esta vez, por lo que deduzco que querían provocar una masacre. Menos mal que se trata de "crios" jugando con explosivos y solo hemos tenido heridos leves. Estan flanqueados y desesperados, no están organizados y cada vez tienen menos apoyos. Su fin está cerca, muy cerca.
La verdad es que desde pequeño estos indesebles me han hecho sentir rabia, fustración, dolor y una sensación de odio e intolerancia brutales. Cuando te toca de cerca, como nos pasó a nosotros, cuando un familiar muy querido por la familia falleció en el atentado de Hipercor en Barcelona, ves a tu alrededor el dolor y la incomprensión que provoca la muerte. Pero no es el fallecimiento en si mismo lo que te causa esa agonía, es la incomprensión, la idea de que alguien es capaz de atentar contra la vida de los demás con esa sangre fría. Yo era pequeño cuando sucedió, pero recuerdo las caras de los mayores, eso no se me va a olvidar. Quizás es lo que buscan, que nos volvamos como ellos y nos pongamos a su altura. Que perdamos la esperanza y sintamos odio y temor. Pero debemos ser prudentes, respirar hondo y no dejar que el odio nos corrompa. Somos mejores personas y hay que demostrarles que estamos más unidos que nunca.
Eta, basta ya!!