Bueno chic@s, aprovechando el tiempo libre, me puse a escribir un pequeño relato a modo de diario, que denuncia la imprudencia y el poco caso que hacen muchos a los avisos meteorológicos que se emiten.
Ya he visto muchas veces en noticias relacionadas con alertas del tiempo comentarios del tipo: "Ya saben, mañana playita y sol!", y me da muchísima rabia.
Bueno, no me enrollo más y les dejo con esta historieta.
----------------------------------------
Viernes, 03 de Agosto, 2009
Hoy tendré el día libre.
Las autoridades meteorológicas han publicado una alerta para mi localidad, anexando una plegaria referente a que, en la medida de lo posible, permaneciéramos en nuestro hogar.
Aprovecharé para hacer unas compras en el centro comercial y pasar la tarde con mi abuela.
Pero antes de nada, tenía que hacer la comida.
Me pasé un buen rato pensando que cocinar, y terminé haciendo unos espaguetis.
Cogí mi abrigo y las llaves del coche, y bajé las escaleras de mi piso.
Al meter la llave en la cerradura de mi Opel Astra, ésta no giraba.
Cuando me dí cuenta de que no era mi coche, era el del vecino.
Me senté en mi coche, lo puse en marcha, y vi que en el retrovisor había una nota.
La leí, decía: "El Lunes en el Groumet Cochère, a la hora del ocaso".
Me quedé pensando quien podía ser, pero la resaca me impedía razonar.
Así que, tras anotar esa cita en mi agenda, me puse rumbo al centro comercial.
Cuando estaba en plena autopista, empezó a diluviar.
Tenía mucho miedo, hacía 2 semanas que tenía el carnet de conducir.
Con las manos imprecisas, activé el limpiaparabrisas.
Pero la lluvia era demasiado intensa, y mi coche empezó a deslizarse por la calzada.
Pisaba el freno pero ésto no servía de nada.
Y sucedió.
Llegué a una curva cerrada, no pude girar.
Mi coche impactó contra el quita-miedos, lo derribó y caí por un arroyo.
Lo último que recuerdo es el crujir de los arbustos que mi coche quebraba.
Me desperté con un sonido así: "pi-pi-pi".
Estaba en el hospital.
Mi compañera de trabajo estaba sentada en una silla, dormida.
Traté de decir su nombre, pero no podía moverme.
Pulsé el botón que llama a la enfermera.
Me dijeron que sufrí una lesión vertebral y que quedaría en silla de ruedas.
Con la expresión congelada, las lágrimas salieron por mis ojos.
Toda mi vida cambiaría por una imprudencia, por no hacer caso a las autoridades meteorológicas.
Como no podía moverme, ni hablar, ni gesticular, me dormí para así tratar de asimilar la noticia.
Cuando desperté, comprendí que...
...Fue sólo un sueño.
--------------------------------------------------
Espero que les haya gustado.
Saludos!