La verdad es que suena prometedor, y ojalá no se quede solo en el papel como tantas otras iniciativas. El equilibrio entre turismo y agricultura en Málaga lleva años tensionado, y si no se gestiona bien el agua, acabaremos pagándolo todos. Lo de integrar desaladoras y embalses en un sistema circular me parece muy buena idea, pero también habrá que ver el coste energético y el impacto ambiental real. Eso sí, que la UMA esté detrás da algo de confianza.