"Él denegaba, sonriente. No le ocurría nada. Únicamente soñaba, preparaba la gran revolución, su mejor truco de ilusionista: convertir cien halcones en palomas y, mediante este ardid, redimir a todo un pueblo. Él ignoraba que, a su regreso, le aguardaba la asechanza que terminaría con su vida y la de sus compañeros. Quiero creer que, en aquel momento desdichado, el cielo de la ciudad de San Salvador se poblaría de palomas blancas en homenaje a su gesto y a su memoria.".............
Pegar la Hebra (1990) Miguel Delibes D.E.P.