Me han bloqueado. No puedo moverme ni ir a ninguna parte.

Estaba yo interneteando, al calor de la estufa, recluyéndome de ese frío e inhóspito mundo exterior que pide verme caer tras una fútil lucha.

De pronto, apareció. Saltó encima mío sin vacilar, se lanzó hacia mí sin darme oportunidad alguna para anticiparme a su movimiento.

A resultas, quedé atrapado. Inmóvil. No puedo hacer nada, está aquí y no va a permitir que me marche. La lucha es inútil, está perdida. No sé cuándo podré volver a andar. De momento, la posibilidad de escapar no existe.

jajaa, que bueno, por lo menos te deja escribir 

Y con el calefactor ahí al lado no me extraña, yo tengo un perrillo que hace lo mismo, y de mis piernas de pasa a subirse a la mesa del ordenador. Ya lo he asumido, de todas formas es el único lugar que le permitimos invadir.



Saludos.