Partido lleno de épica. Nivelazo de juego en ambos jugadores. Federer apoyándose principalmente en un servicio demoledor y con una cabeza enorme para no rendirse jamás ... ni perdiendo 2 sets a 0 ni con pelotas de partido en contra en el cuarto set.
Si Nadal tuviera un servicio tan efectivo como Federer sería imbatible. Hoy por hoy, resulta imposible imaginarse una combinación tan eficiente de una fuerza física portentosa, una sangre fría descomunal, y una técnica en cualquier tipo de golpe desde el fondo de la pista extraordinaria.
El partido de ayer ya forma parte de la historia de este deporte. Se recordará como los Borg-McEnroe de antaño. El marcador da una idea de la igualdad entre estos dos virtuosos del tenis que han llegado a ser coetáneos para disfrute del espectador ... pero también para su pena (resulta casi imposible que uno de los 2 pueda conseguir nunca un Grand Slam (ganar los cuatro grandes un mismo año)) mientras mantengan este nivel. Queda para la historia este 6-4; 6-4; 6-7; 6-7; 9-7 ... maratón interrumpida por dos veces por la lluvia ... y finalizada casi a oscuras. 60 juegos (Nadal 33 vs Federer 27) y 2 tie-breaks (los dos para Federer).
El de ayer podría ser el origen de un declive lento de Federer (todavía le queda cuerda para rato), y la emergencia definitiva de quien algún día debería ser su sucesor en el número 1 (quizás este mismo año), y que también marque la historia de este deporte. Algo parecido a lo que sucedió cuando Steffi Graff le ganó la primera final de Wimbledon a Martina Navratilova ... pero sin una diferencia de edad tan abultada.