Y aquella vez que andando por mi barrio, por poco no me salpica los efectos de un petardaco colocado estrategicamente, sobre lo que un perro unos minutos antes había expulsado por la cavidad anal, y por cuyo tamaño (del pastelito), auguro que superaba las dimensiones de la media estándar de un ser humano español católico apostólico y romano.
:DDD :DDD :DDD
Recuerdo haber hecho de pequeño :DDD
Aparte de esto, un uso mederado no lo veo mal. Siempre me ha gustado todo lo que tenga que ver con la pirotecnia, pero intentando molestar lo menos posible y por supuesto en lugar seguro.
En algunos lugares, por ejemplo mi pueblo de origen, es imposible comerse las uvas en la plaza por culpa de unos pocos descerebraos que convierte aquello en la 3ª guerra mundial, ahi si que tendrian que tomar medidas las autoridades. Pero mientras se use sin poner en peligro a los demas no veo inconveniente.