Os pongo alguna más.

El caso que echamos un primer rato agradable a la sombra del acueducto, un poquito más arriba de Cándido. A la izquierda de la foto.

El
6, Iniesta, lo controlaba todo. Organización alemana, precisión suiza, tiqui-taca segoviano.

Todo en orden, como los sillares del Acueducto...

Primero, un paseito por el centro para abrir boca, y echar una visual a un mirador.

Y vaya que si se abrió boca. La plaga de langosta arrasó con todo. A alguno creía que le iba un ojo de la cara, sin embargo, el brutal hartón de comida salió barato.

Inmediatamente de la cena salimos a la calle con una rasquilla que pedía algo más que una camisa y...
(CONTINUARÁ)