Para ver cómo suele ser el otoño hay que remontarse al verano.
Julio es el mes más cálido en cumbres y medianías altas; es cuando el verano alcanza su pico más alto de calor. Sin embargo, el océano aún conserva algo de frescor, y eso hace que en las costas las temperaturas sean más suaves y el alisio aún pueda mantener una capa húmeda y fresca debajo de la inversión. El alisio también es más intenso en ese mes, por lo cual en los nortes aún se mantienen las nubes y el tiempo fresco.
Agosto es el mes más cálido en medianías bajas y costas: el océano se calienta y el alisio se debilita, la capa húmeda es cada vez más delgada. Vilaflor, a partir del 15 de agosto, ya registra una bajada de temperaturas, ya que al no tener influencia del alisio ni del océano depende de la luz solar que recibe y de la masa cálida. En agosto el Sol ya está más bajo y la masa sahariana va descendiendo cada vez más. Este es el primer atisbo de otoño en las islas, especialmente en Vilaflor, Tejeda, Chipude y los pueblos altos. Aunque, en general, sigue siendo un verano duro.
En Septiembre el mar alcanza su máximo de temperatura, por lo cual las costas no se enfrían aún. Las masas saharianas, como vimos este mes, afectan principalmente a las costas, ya que el mar ya no tiene la resistencia de antes. El Sol sigue bajando, los días se acortan y llegamos al equinoccio. Aquí ya las cumbres empiezan a enfriarse, al igual que las medianías, principalmente del norte. Las mínimas por la noche bajan, ya que el calentamiento diurno no es tan fuerte gracias a que el Sol está más bajo y los días son ligeramente más cortos. Además, el enfriamiento es mayor cuanto más al norte, por lo cual los alisios empiezan a ser algo más frescos y sus masas de aire también.
En septiembre muchos ciclones tropicales se convierten en borrascas y empiezan a gestarse las primeras borrascas del jet polar. Por ello, el alisio suele ser más húmedo y llegan las primeras lluvias en forma de frontolisis, filtradas por el anticiclón y solo en las vertientes del norte. En el plano del Atlántico Norte el anticiclón pierde fuerza, pero seguimos casi en la misma influencia que en verano.