http://www.madrimasd.org/blogs/ciencia_marina/2009/01/26/111782Los expertos hablan de la ciclogénesis explosiva. “Un fenómeno meteorológico poco habitual, que crece con rapidez extraordinaria y que levanta la furia del viento y del mar.
Los expertos lo llaman
ciclogénesis explosiva, aunque también se le conoce como
‘La Tormenta perfecta’. Es un fenómeno meteorológico que se produce al chocar una masa de aire caliente, con otra de aire frío.
El encuentro de las diferentes masas de aire, desarrolla rápidamente una profunda borrasca en un periodo muy corto, dando lugar a vientos muy intensos y fuertes lluvias.
Los efectos de una Ciclogenesis Explosiva pueden ser muy devastadores y similares a los de un ciclón tropical.”
“La tormenta, también llamada
Ciclón de Media Latitud, se inicia en un frente estacionado entre dos masas de aire cálido y frío.
Estas dos masas de aire se moverán en direcciones opuestas, lo que crea una cizalladura horizontal necesaria para que la inestabilidad tenga lugar.
El flujo ciclónico comienza alrededor de la sección perturbada del frente estacionario.”
“Para que una baja en superficie se profundice y la presión baje desmesuradamente, deben de acoplarse adecuadamente las dos perturbaciones atmosféricas Cuando ambas se acoplan y se sitúan convenientemente puede ocurrir las llamadas
bombas meteorológicas o ciclogénesis explosiva. A medida que la tormenta entra en tierra, la presión atmosférica puede caer rápidamente por debajo de los
980 hectopascales.”
“Este fenómeno atmosférico ya tenía un precedente invernal en el Cantábrico:
el 27 de diciembre de 1999. Aquella fecha se midieron en Cantabria rachas de viento con ‘picos’ de hasta 172 kilómetros por hora, el máximo del que se tiene constancia en esta región.
Ahora, diez años después, se repite un fenómeno similar. esta borrasca profunda -o ciclogénesis explosiva- llega con una presión de 968 milibares (mb), acompañada de vientos del Suroeste que rápidamente rolaron al Noroeste con una intensidad muy fuerte, y rachas que se consideran huracanadas (superiores a los 150 km/h). La mar, arbolada (con rachas de fuerza 12) originaba olas superiores a los 10 metros.
Unas características similares a las del temporal del 27 de diciembre de 1999, que llegó a Cantabria con una presión de 972 milibares y rachas de 172 km/h medidas en Cabo Mayor.
El antecedente por excelencia sería
la surada que se abatió el 16 de febrero de
1941 sobre Santander, día del pavoroso incendio.
Se calcula que los vientos pasaron de 180 kilómetros por hora, pero el huracán inutilizó los aparatos de medición.
En el ‘ranking’ de velocidad del viento, a esos registros sucederían los 161 km/h. medidos el 3 de octubre de 2006, o los 140 km/h del 8 de marzo de 2007.”