Autor Tema: Pequeña aventura por El Torcal (Antequera-Málaga) (Leído 520 veces)

Santo Pitar · « **en:** Julio 25, 2008, 07:24:07 am »

Aprovechando que por la tarde tenía un trabajo en Antequera, aproveché por la mañana y me fui al Torcal. Recorrí el macizo norte y después descendí hacia las ruinas del Cortijo Navacillos. Aquí se llega enfilando hacia el macizo norte –ruta roja- y al final de la subida, en el collado, girar hacia el Este –izquierda-. Se observa hacia abajo un valle, plantado con cereal, y un cortijo, donde destaca una gran nave para almacenar, en este caso, paja. Destaca el Camorro Alto y al fondo, un poco hacia la izquierda, el monte Huma.

El paseo por el macizo norte, parte de la antigua ruta roja, fue fantástico. La mañana no era calurosa, gracias al viento reinante en esta zona, y el día despejado con Una muy ligera bruma. Ya otras dos veces he tratado de recorrer esta zona, pero la climatología me lo impidió. Ayer, fue mi aliada, por lo menos hasta el medio día.

Para llegar a esta parte del paraje, nos situamos en el aparcamiento, y nos dirigimos hacia la entrada a las rutas amarilla y verde. Aquí hay un cartel informativo, a la derecha del cartel, parte un sendero, marcado por el paso de la gente, hay que ir atento, pero se ve bastante bien. Nos dirigimos en rumbo NO, en oblicuo, dejando a la derecha el macizo, vamos buscando el paso que hay en medio de este. Cuando llegamos a dicho paso, entramos por él. Nos vamos recreando en lo que nos envuelve y llegaremos a un punto en el que las vistas se abren. Aquí podemos disfrutar a gusto, si el tiempo acompaña y no dejar ni un metro sin pisar. Hacia la izquierda, bordeando esta parte, llegamos sin dificultad alguna, a un punto que es un balcón sobre Antequera y que a la derecha observamos el entorno de Las Pedrizas. Media Málaga y parte de Sevilla, Cádiz y Cordoba están a nuestros pies. Volvemos sobre nuestros pasos, y nos dirigimos hacia las rocas que tenemos en frente. De nuevo recorremos la zona, sin prisas. Podemos observar distintas formaciones y alguna huella de “amonite”. Desde aquí, podemos seguir bordeando el macizo, o bajar hacia la carretera, está a la vista. Yo opté por ir hacia ella y recorrer otra zona de rocas. Un laberinto del que pensaba que podía salir hacia la carretera, Una vez sobre estas rocas y tras buscar un paso hacia la carretera, tuve que volver sobre mis pasos y enfilar por el llano, pero mereció la pena. Llegué de nuevo al aparcamiento, y de aquí fui al centro de visitantes, allí repuse agua y tomé un refresco de cola. Que bueno me supo. Me encaminé de nuevo hacia el sendero que tomé dos horas antes. Subí hacia un collado, y desde aquí, descendí en rumbo Oeste hacia el valle que tenía al fondo. En principio, sin problemas, salvo la multitud de pinchos que tienen muchas plantas. Se llega a un punto en el que se nos abre otro valle por debajo de nosotros. Aquí hay que tomar una decisión, bajar por nuestra izquierda, o por la derecha, yo opté por la izquierda. Decisión equivocada. Esto supuso la gran aventura del día. Hay que descender, subiendo y bajando rocas. Trepando y culeando. En algunos puntos hay que agarrarse bien. Y en otros, volver atras y buscar una salida mejor. También hay que arrastrarse en algún punto. Los majuelos forman una tela de araña que hay que sortear como sea. Tras un gran esfuerzo, llego al valle, y me dirijo al cortijo que veo al fondo. Está en uso, pero en ese momento no hay nadie, cerca hay un vallado con toros y vacas. Por suerte, allí encuentro una manguera, gracias a ella, puedo darme un baño y refrescarme. Vuelvo hacia el valle, y a la izquierda están las ruinas del Cortijo Navacillos, allí, bajo un algarrobo, decido comer y descansar un rato. Retomo el camino de vuelta, esta vez por el lado izquierdo según subimos, el que debió ser de bajada. El sol aprieta ahora. Y la subida es larga, y algo incómoda debido a la maleza y al calor, pero no representa gran dificultad. Llegó al punto en el que decidí por donde bajar, y ahora decido continuar por otro lugar, girando levemente hacia la izquierda. Nuevas rocas, pero no representan dificultad añadida. Llegamos a un punto en el que de nuevo se abren las vistas hacia el Norte. Antequera y su vega, a nuestros pies. Contemplo durante unos minutos el paisaje que se me ofrece y volviéndome, subo en oblicuo, en rumbo SO. Llego a un punto en el que ya domino la totalidad del Torcal. Giro a la izquierda y voy tomando rumbo Este para llegar, tras un buen rato, y sin dificultades a la carretera, la cual me lleva de nuevo al aparcamiento. Tras esto y un breve descanso, me dirijo a Antequera para finalizar el día trabajando.

Un recorrido estupendo, por una zona que conocía muy poco. Tal vez, la segunda parte de la ruta no merezca la pena hacerla, por lo menos en verano. Es un esfuerzo grande por donde descendí, pero resultó satisfactorio totalmente. Y no es que le falte belleza, que la tiene. Pero tal vez en Primavera, sea más gratificante, claro, que en esta época, es más difícil tener días como el que he disfrutado y sufrido al mismo tiempo. Los cambios climatológicos en el Torcal, son imprevisibles.

Enlace a fotografías: http://picasaweb.google.es/legnar.ma.3/ElTorcal

:O* :O* :O* y beer beer beer beer beer beer

altinay · « **Respuesta #1 en:** Julio 25, 2008, 13:20:29 pm »

Qué bonitas las fotos

y qué suerte la tuya!
Con este calor apenas se pueden hacer "pateillos", pero alguno siempre cae $:-\$
sobre todo los nocturnos, y aún así... (

)
En febrero estuvimos por El Torcal (de día, claro) buscando la vía ferrata que hay por allí, según nos comentaron, y el tiempo nos cambió en cuestión de segundos. Y es lo que tu dices: imprevisible

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Pequeña aventura por El Torcal (Antequera-Málaga)

altinay

Re: Pequeña aventura por El Torcal (Antequera-Málaga)