Esta mañana, aprovechando que tenía fiesta, sin planearlo me he obsequiado con una vuelta por Montserrat. Mochila en ristre y acompañado por mi escudero me dispongo a pasar un día en contacto con la naturaleza.
Perteneciente a la cadena prelitoral catalana destaca por formar un conjunto aislado de 10 km de largo por unos 5 km de ancho.Su principal característica son los conglomerados formados en el Eoceno, tan originales que incluso han prestado su nombre a un subtipo único en el mundo: los conglomerados montserratinos.
Pisamos tierra de retiro y misticismo, forjado a base de leyendas como la de Fra Garí o la más reciente del Timbaler del Bruc.
Comienzo a ascender por el camí vell en un día nublo en el que se empieza a manifestar la primavera, este camino era el utilizado desde tiempos inmemoriales para subir todo tipo de mercancías a las numerosas ermitas y con posterioridad al afamado monasterio de la virgen de Montserrat.
Primeras rochas y primera sorpresa, sorpresa en mayúsculas:
No me lo podía creer, intento acercarme pensando que retrocederían hacia terrenos más seguros pero no, seguían confiadas e incluso mostraban curiosidad hacia mi persona.
Me encontraba a unos cinco metros ¡y no se movían!......... supongo que al ser un parque natural no tienen que tomar precauciones hacia los humanos.
Mi escudero, maleducadamente, las azuza y retroceden con rapidez
Antes de despedirme me permiten una última instantánea
Doy gracias a la madre naturaleza y levanto la vista a lo alto: otro hatajo observa en la lejanía.
Satisfecho de lo que acabo de ver me deleito un momento con la vista puesta en Collbató y en las rocas que me rodean.
La vegetación busca cualquier rincón de tierra fértil para echar sus raíces.
Continuo caminando y al cabo de unos pocos minutos me encuentro con mi primer objetivo en todo lo alto, la ermita de Sant Joan.Lejana y cercana, frontalmente y de espaldas me parece hermosa como pocas.
Sigo por
el pla de les tarántules hasta las instalaciones del funicular donde puedo observar al fondo el monasterio.
Infinidad de agujas se abren alrededor....
.....Algunas con nombres tétricos como
cap de mort.
Variadas especies arbóreas ocupan las umbrías colonizando las tierras no hace tanto devastadas por los incendios.
En especial me llama la atención un tejo joven y su saludable aspecto y es que no es, desgraciadamente, muy corriente encontrarse plantones de esta especie amenazada.
Empiezo a divisar mi destino cercano a las antenas de telecomunicaciones
Por fin llego a la ermita de Sant Jeroni, sólo me queda coger el camino que parte a mano izquierda y subir unos cuantos escalones para coronar los 1236 metros del pico homónimo.
Empiezo a divisar los imponentes cañones de la cara norte montserratina
Llego a la cima e intento, sin éxito, divisar todas las montañas que me indica la rosa de los vientos.
Sufro vértigo, ¡y quien no!
Claro que siempre habrá la excepción, y es que es otra característica de Montserrat: escaladores los trescientos sesenta y cinco días del año (son los dos puntos rojos, uno en la parte baja y el otro en la canal)
Sigo por el desvío que conecta
el pla de les tarantules con
sant Miquel y me deleito con un buitre que planea en todo lo alto.
Con un sol implacable que ha conseguido romper los estratos, y absorto en mis pensamientos, nuevamente me veo sorprendido por mis amigas: las cabras hispánicas.
La tranquilidad y la felicidad, junto con el cansancio, se alían para producirme esa sensación de bienestar tan propia de todos aquellos que amamos la natura.
Me despido, no sin antes presentaros a mi escudero.
Salud.