En la zona central de Cantabria, en su lado oriental, se encuentran los mayores afloramientos calizos de toda la región, que dan lugar a unos paisajes extraños, pero difíciles de describir por la variedad de las formas de las rocas, por la rara mezcla de los prados con los afloramientos y sobre todo, por que esta zona se la considera un queso gruyere a lo gigante. Surcados por innumerables simas, cuevas y dolinas, por ríos que desaparecen en los sumideros al poco de nacer, seguramente que la belleza interior, subterránea, que esconden las moles calizas, en nada tiene que envidiar a lo que vemos a la luz del día, en el exterior, donde no hace falta la lámpara de carburo para iluminarse.
Salimos de Santander en dirección Hoznayo. Aquí se encuentra el Palacio de los Acevedos. Ayer gloria, hoy ruina; antaño, vivienda de nobles como lo demuestran algunos escudos que aún permaneces en sus viejas paredes, hoy convertido en taberna...."Sic transit gloria mundi":
Atravesamos el pequeño valle del Aguanaz, tributario del rio Miera. La vegetación, los árboles y los prados están exhuberantes:
Dejando atrás el pueblo de Entrambasagüas, se incian las primeras rampas de subida al puerto de Fuente Las Varas:
Todas las casas están al lado de su finca o de su pequeña huerta. De ahí que los pueblos parezcan diseminados. La agricultura y la ganadería, que es a lo que se dedican mayoritariamente estas gentes, hacen necesaria estra distribución:
Fuente Las Varas: Una de las dos salidas a la civilización con las que cuenta en recóndito pueblo de Matienzo. Puerto de poca altura, más bien casi un collado, pero que no deja de dar problemas durante el invierno:
Aquí los prados ya dejan paso a la caliza, cuyos afloramientos son ya más visibles. Esta roca con sus característicos espolones, los lapiaces, copetes, el paisaje kárstico en suma, ofrecen formaciones que conforman paisajes inigualables:
Casas blasonadas en lo alto del puerto, testigos mudos de otras épocas. Este que se ve en la foto, tiene una Flor de Lys en Jefe (la parte superior del escudo). Y en uno de sus cuarteles aparecen las armas del apellido Arce (el castillo sobre las aguas):
Tras sobrepasar el puerto aún no se llega a ver Matienzo porque está todavía muy abajo, en el valle. Pero ya son visibles las peñas que rodean la aldea, muchas de ellas con formas caprichosas y cubiertas de vegetación. Al fondo, se asoma la cumbre del Mortillano:
Matienzo en el fondo del valle.
PUnto de interés geológico, al ser (según se dice) el mayor poljé de España. La palabra poljé deriva del idioma eslavo y significa "estepa". Pero geológicamente el poljé es una depresión de un macizo de roca kárstica de grandes dimensiones a modo de valle alargado y cerrado, de fondo plano y contornos irregulares. Los bodes son empinados y en ellos aflora la roca caliza. Suele estar recorrido por un riachuelo que desaparece súbitamente en un sumidero a pocoss metros de su nacimiento. El poljé puede inundarse temporalmente (en Matienzo, por suerte, todavía no se ha dado éste fenómeno) trasnformándose en lago si el agua superficial rebasa la capacidad de desagüe del sumidero u otras grietas, o si se eleva el nivel de las aguas subterráneas. El fondo del poljé suele estar tapizado de "terra rossa", que es una arcilla procedente de la descalcificación de la caliza, dando lugar a suelos muy fértiles:
En Matienzo son famosas las cuevas existentes. Una de las mayores es la Cueva de la Rañada, la segunda en extesión de Cantabria, y que forma parte del sistema subterráneo de los Cuatro Valles (Matienzo, Riaño, Llueva y Secadura). Tambien otras de menos longitud, como la Cueba de los Emboscados, donde tras la "Guerra Incivil", se refugiaron en ella los "maquis", los guerrilleros que seguáin por su cuenta aquel desastre que ójala nunca vuelva a repetirse.
Bajando por la sinuosa carretera a Matienzo se dislumbra entre la neblina de la mañana la poderosa y omnipresente silueta del Porracolina. Una mole caliza hueca que acoge en su interior cientos de kilómetros de galerías subterráneas, algunas de ella sin explorar en la actualidad:
Atravesamos el fondo del valle, de apenas dos kilómetros de longitud y enseguida volvemos a enfrentarnos a las cuestas de un nuevo puerto. Al fondo de la fotografía se ve la parte por donde hemos bajado a Matienzo desde Fuente Las Varas:
La caliza es la roca reina y señora de esta zona. Casi todas las peñas (muchas de ellas) acaban en una especide de sombrero o capucha, que aquí se conoce con el nombre de copete. Este el el Copete La Bolisa, que forma parte de la Sierra de Mullir, o Sierra de la Muela (con los dos nombres se la conoce a esta sierra):
Seguimos subiendo hacia el nuevo puerto...
...vigilados desde lejos por las cumbres del Mortillano y Peñas Rocías...
...y por las estribaciones mas orientales del Macizo del Porracolina y su séquito de cimas menores...:
Hasta coronar el puerto de Cruz Usano, un poco más bajo en altura que el puerto que atravesamos en primer lugar:
Pasando el puerto se entra en el valle de Ruesga que es recorrido por el rio Asón que va rápido a encontrarse con el mar bajos los desplomes del Mortillano:
En la lejanía, hacia el W, la mole caliza de Peña Lavalle, en la cual y muy próxima a la cima se abre la sima de El Cueto que unida a Coventosa (Sistema Cueto-Coventosa) forma una de las travesías subterráneas más largas de España:
En dirección opuesta siguiendo el curso del Asón, la Sierra de Hornijo en cuyo extremo izquierdo se alza el Pico San Vicente; bajo él se asienta Ramales de la Victoria:
El pueblo de Ruesga y el valle del que toma el nombre:
Vamos en sentido contrario a la corriente del Asón, para encontrarnos con el pueblo de Arredondo...
En donde el rio es represado para que sus aguas alimenten el....
Centro Ictiológico de Arredondo, establecido para la cría y el repoblamiento del salmón y donde se cuenta con una estación Termopluviométrica:
Y de nuevo en ruta, pasando por el centro de Arredondo, camino de las alturas del Puerto de Alisas:
Descubriendo, de nuevo, en este recorrido el paisaje mágico y absorbente de la caliza:
Y en donde los seres vivos se aferran como pueden para continuar con su ciclo vital, a pesar de este medio, aparentemente hostil:
Puerto de Alisas:
Macizo de las Enguinzas. No falta por ningún lado la perenne roca caliza. Tras los montes, en la vertiente opuesta se encuentra el pueblo de Mirones:
Y en el fondo del valle las casas despedigadas de la aldea de Bustablado:
Bajando de Alisas y en uno de los "lazos" de la carretera descubrimos de nuevo el Valle de Matienzo, por el que hace un rato acabamos de pasar:
La Cavada. Antigüamente muy famoso por su fábrica de armas, en concreto de cañones. De aquí salían las piezas que armaban los buques de la Armada Real:
La Puerta de Carlos III:
Un bonito rincón de La Cavada, atravesado por el rio Miera:
Y por encima del pueblo, las Peñas de Rucandio...de caliza, como no podría ser menos:
Y fin....