Este mes de septiembre tuve la oportunidad de hacer la Ruta del Cares que es una de las más recorridas de España y sin duda la más famosa de los Picos de Europa. La verdad es que os la recomiendo a tod@s porque las vistas son espectaculares. Os dejo un reportaje sobre ella para que, los que no la hayais hecho ya, os hagais una idea de como es:
La senda conocida como la de la “Divina garganta” es quizá una de las rutas más asombrosas al alcance de todo el mundo, ya que no hace falta ser un experto para hacerla. La única dificultad que presenta es su distancia. Une Asturias (Poncebos) con León (Caín) y no es circular, por lo que recorreremos doce kilómetros de ida, y otros tantos de vuelta siguiendo la espectacular garganta del río Cares.

Realmente el recorrido de esta ruta es desde Posada de Valdeón hasta Poncebos, sin embargo, debido a la gran distancia (21 kilómetros) y que no es una ruta circular, lo que se suele hacer es el recorrido entre Poncebos (Asturias) y Cain (León). Nosotros haremos ese recorrido.
Son 12 kilómetros los que unen ambas localidades y para realizarlos hay varias alternativas:
- Alquilar los servicios de alguna de las empresas que lleva a los senderistas hasta Caín, y desde allí, hacer el recorrido (sólo de ida) hasta Poncebos.
- Dividirse en dos grupos, uno de ellos saldrá desde Caín y el otro desde Poncebos. Al encontrarse en el camino se intercambian las llaves del coche y así se hará también un solo recorrido.
- Hacer la ruta ida y vuelta, es decir, Poncebos-Caín-Poncebos. Esta es la alternativa que más excursionistas escogen y es la que realizaremos nosotros.
Iniciaremos el recorrido desde Poncebos, una vez pasado el pueblo, la carretera se convertirá en una pista de grava y en breve encontraremos un cartel con la leyenda “Caín: 3h, Posada de Valdeón: 6h”.

Desde este punto también sale una de las etapas de la “Ruta de la Reconquista”, ruta que recrea la persecución del grupo de rebeldes liderado por Don Pelayo, a los musulmanes que intentaban conquistar Asturias. La ruta une Covadonga con Cosgaya, lugar donde cayeron al río Deva los 63.000 guerreros musulmanes supervivientes tras su enfrentamiento con Don Pelayo.
Los primeros 2,5 kilómetros son quizá los más duros del camino, ascenderemos por una suave pendiente hacia lo alto de la montaña y tardaremos aproximadamente una hora en recorrerlos. En la subida encontraremos las ruinas de una casa y un árbol, es la primera sombra que nos encontraremos en el camino y muchos senderistas aprovechan este punto para tomar aliento, hacer algunas fotos, o disfrutar de las cabras que suelen encontrarse cerca y son muy sociables.

Continuaremos subiendo hasta llegar a “Los Collados” donde veremos un panel que nos explicará como fue el proceso de construcción de la actual senda del Cares y, en este punto, comenzaremos un ligero descenso hasta encontrar el camino tallado en la roca junto al canal.
Desde este momento, el desnivel será prácticamente inexistente y podremos disfrutar de las impresionantes vistas del paisaje kárstico que nos ofrece esta ruta. A pesar de su sencillez y de los más de 1,5 metros de ancho del camino, hay que tener cuidado ya que a un lado, tendremos un muro vertical de piedra caliza y al otro, un desfiladero sobre el río Cares que en ocasiones se encuentra a más de 800 metros de abrupto desnivel.

Tras unos 5 kilómetros más o menos, llegamos a la majada del culiembro, de donde parte el canal del mismo nombre que asciende hasta los puertos de Ostón y donde nos encontraremos unos carteles indicativos que nos informan de la distancia que nos queda.
Seguiremos nuestro camino hasta cruzar el río a gran altura por el puente de Bolín y, tras unos minutos, haremos lo mismo por el puente de Los Rebecos.
Poco después, nos encontraremos con una serie de túneles con ventanales labrados en la roca. Para atravesarlos nos será muy útil llevar un bastón de montaña porque apenas se ve donde se pisa. Esta es quizá, la zona más angosta del recorrido.
Tras pasar los túneles, llegaremos a la presa de Caín, donde empieza a abrirse el valle y poco a poco, iremos viendo las casas del pueblo.

Al llegar a Caín podemos coger fuerzas descansando a orillas del río o en alguno de los bares de la localidad.
Una vez que hayamos cogido fuerzas volveremos sobre nuestros pasos. Quizá la parte más dura de la vuelta es el final, primero tendremos una breve subida hasta llegar a los Collados y después una bajada con un desnivel algo más pronunciado.
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