Esta jornada estuvo marcada por la meteorología. Gran parte de la noche anterior estuvo lloviendo, y durante todo el día los chubascos fueron continuos, algunos de gran intensidad. Además en zonas altas el viento de NNO era insoportable, con fuertes rachas y bastante frío. La sensación térmica tuvo que ser de varios grados bajo cero.
Antes de salir de Los Sauces, el termómetro de mi coche marcaba 6ºC, por lo que en la zona del Pinsapar de Cubero la temperatura tuvo que andar sobre los 3ºC, calculo. No llegó a nevar, pero al día siguiente era apreciable la nieve a partir de la cota 1300 más o menos.
Tras recorrer el sendero que por el margen derecho de la Cañada de la Encina, en continua ascensión, nos lleva hasta el Cortijo de Huarte, nos deleitamos con el maravilloso espectáculo de los cerezos en flor.


Al llegar a la fuente de los Algarabeos tomamos un sendero (limpiado recientemente) que asciende por duras rampas hasta llegar al Pinsapar de Cubero.
Vista hacia la Cañada de la Encina.

El Pinsapar de Cubero, tras la lluvia, se presentaba majestuoso, con ejemplares de gran porte, todo chorreando y el suelo cubierto en muchas zonas de un verde manto de musgo.


El objetivo del día, que iba a ser subir hasta Enamorados y bajar por el Puerto del Canalizo, se vio frustrado por el tiempo, pues la incesante lluvia y el viento nos hicieron desistir de seguir más allá de la Cueva del Hornillo. Aquí, por suerte, el cabrero de turno tenía encendida una pequeña fogata donde pudimos calentarnos. Estábamos chorreando y vino de perlas poder comer calentito y aislado del frío que hacía fuera de la covacha.



Muestra de la fuerza con que llovió por aquellos lares es que la fuente del Hornillo, de la cual no manaba agua a eso de las 14:00 horas, dos horas después tenía ya un chorro de agua considerable.

Tras un descenso frenético hasta la zona de Arenitas, llegamos a un pilón junto a la fuente de Los Algarabeos.

Pinsapo junto a la fuente de los Algarabeos.

El último día de acampada, vinieron unos cuantos familiares y nos preparamos un arroz que sentó de maravilla, y eso que nos cayeron varias granizadas durante la mañana, alguna de cierta intensidad.

Pa bajar la comida y el vino nos dimos un paseíllo hasta las Minas de San Eulogio, visitando su interior, unos 300metros de recorrido, con una profundiad en torno a los -60 metros.

