Esta mañana había quedado con mi amigo Roberto (de Álava) que está de vacaciones para subir al cielo y de paso ver alguna cabrilla.
A las 6:30 lo recojo y nos dirigimos a Nerja, llegamos a las cuevas, con intención de subir en coche hasta el cortijo de la civila, pero “sorpresa”,  el camino hacia el Pinarillo y la fuente del esparto está cortado, en verano lo suelen cortar a los vehículos.
Pues nada, aparcamos en las cuevas de Nerja y tomamos el carril que te lleva hacia el pinarillo. Eran las 7:00 de la mañana,aún de noche, pero había una luna que te hacia el camino más fácil, solo era cuestión de seguir el carril.
Llegamos al cruce donde si tomas para la derecha, el camino empieza a coger pendiente hacia el cortijo de la civila y si tomas el de la izquierda te quedan 2 km. para llegar al pinarillo. Nosotros tomamos el de la derecha.
Ya estábamos a dos luces, y de repente la tierra templó, y acto seguido un atronador trueno. Ya nos temíamos lo peor  “tormentazo que te crió”.
Después de parar unos minutillos a que mi pie se aireara (eso de estrenar botas nuevas subiendo al cielo, me ha quedado bien claro que no ha sido unas de mis mejores decisiones) comenzamos a subir por la vereda.

Ya cogiendo altura y mirando hacia Nerja vimos el techo de nubes que tenía.


El día pintaba muy feo



Vista hacia el Almendrón con el Lucero de fondo


Roberto con el Cielo al fondo


Vista hacia Nerja

Vista hacia Almuñecar y La Herradura


Antes de llegar a la cima, nos salió un grupo de tres cabras, como siempre, bien atentas a los intrusos.


Pues justamente cuando comenzamos a subir el último tramo y más duro del cielo nos calló un chapetón, pero ya para lo que nos quedaba, aun mojándonos había que subir.
Llegamos a la cruz, hacía un viento frío, pero se cortó de repente, mirando hacia Sierra Nevada, nuestros peores presagios se podían cumplir, la tormenta venía hacia nosotros.

!!Corriendo!! La típica foto con la cruz


Vista hacia Navachica

Vista Almendrón, Lucero, Maroma...

Almuñecar


Bajamos el primer tramo corriendo, temiendo a lo que se podía presentar en forma de lluvia. Tras caernos unas cuantas gotas (menos de las que esperábamos), paramos y nos comimos el bocata (que ya se echaba en falta).
Mientras almorzábamos vimos como la tormenta cubría a la Maroma.


Ya un poco mas abajo vimos un segundo grupo de cabras, esta vez eran cuatro.


El día cada vez se iba quedando mas claro, pero ya nosotros llevábamos los deberes hechos.


Ya el camino de vuelta es el mismo, pero esta vez con un poco de sol.
A eso de las 13:00 llegamos al coche.

Eso es todo

Saludos