Al día siguiente, a madrugar un poco y con las primeras luces del día empezar a andar. En menos de una hora ya hemos remontado unos 500 metros de desnivel, suficientes para darnos cuenta de lo que dejamos atrás.
Una vista del macizo de Besiberris, con varias cumbres rondando los 3.000, que separa el valle donde estamos del Parque Nacional de Aigüestortes.