Ansiada y esperada, los primeros temporales de lluvias del otoño andan cerca. La atmósfera lo nota y llora de alegría... El embriagador perfume del terreno mojado inunda cada resquicio de aire, despertando el bullicio de la vida, aletargado por tan implacable estío.
Anchos horizontes sedientos de agua y de adornos para sus cielos. Con los brazos abiertos, agua de la vida, seas bienvenida
10 de octubre de 2005.



