A finales de agosto se formó una tormenta tropical en medio del Atlántico que ganó intensidad según se desplazaba hacia el oeste. A principios de septiembre barrió varias islas del Caribe y penetró en el Golfo de México. La oficina meteorológica lanzó avisos de fuerte tormenta en la costa del golfo cuando el huracán estaba a unos 1000 kilómetros al este de Galveston.
En la mañana del 8 de septiembre empezó a llover y las olas crecieron hasta que varias manzanas de la ciudad quedaron inundadas y varias casas en la playa destruidas. Al mediodía llovía fuertemente, el viento aumentó a 65 kilómetros por hora, y más de un metro de agua cubría las calles. En mar enseguida hundió el puente y los habitantes de Galveston perdieron su única vía de escape.
A media tarde, la isla de Galveston estaba casi en su totalidad cubierta de agua, así como la mitad de a ciudad. La lluvia estaba cayendo a raudales y los vientos aumentaban constantemente. Según se acercaba la noche, varios edificios, socabados sus cimientos, se derrumbaron y la ciudad permaneció a oscuras ya que las plantas generadoras estaban apagadas.
A primeras horas de la noche, el ojo del huracán se acercó a la isla, estimándose que la velocidad del viento alcanzó los 175 kilómetros por hora. Una ola gigante de 1,5 metros barrió la ciudad, obligando a la gente a subirse a los pisos superiores de edificios cuyos cimientos estaban ya debilitados por las poderosas olas. Mientras la terrible noche pasaba lentamente, edificio tras edificio se derrumbaban, enviando a la gente a las encrespadas aguas donde eran arrastrados sin remedio por la marea.
Cuando todo hubo pasado, miles de cuerpos humanos y de animales estaban esparcidos a lo largo de la playa. Destacamentos de enterradores cargaron los cuerpos en descomposición en barcazas para sepultarlos en el mar a fin de evitar la propagación de enfermedades. El número de víctimas mortales fue de 10.000 a 12.000 personas, 6.000 sólo en la ciudad. El huracán impulsó la construcción de un rompeolas como protección contra cualquier tormenta futura. El proyecto resultó rentable, casi 15 años más tarde, cuando un huracán similar descargó sobre Galveston, causando en esta ocasión menos de una decena de muertos.