El modelo europeo aporta algunas novedades que pueden ser significativas de cara a la segunda mitad de la Semana Santa.
Sin embargo, el pronóstico de un arranque inestable, procurado por la llegada de la pequeña baja que ya se observa en las imágenes satelitales, y por el aire frío en altura que viaja con ella, y que también advectará desde el NE, en un proceso típico de configuraciones atmosféricas en rombo, con ese bloqueo anticiclónico en el Reino Unido.

El hecho de tratarse de una baja de escasa entidad en superficie, sus efectos se sentirán cerca de su posición. Es decir, comenzando por el cuadrante suroeste y zonas anejas (esto ya se comentó ayer). De ahí, la inestabilidad en forma de chubascos tormentosos se irá extendiendo por todo el interior. Quizás las zonas menos expuestas serán las del cuadrante sureste y tercio este, aunque depende mucho de la posición final de la baja en superficie y del aire frío en altura.
No debemos esperar lluvias de las típicas que traen consigo borrascas atlánticas profundas con sus frentes. Insisto, esto ya lo llevamos diciendo muchos días. Se trata de inestabilidad en forma de chubascos irregulares, que pueden producirse de preferencia en horas vespertinas, perdiendo fuerza y presencia durante la noche. Tiempo típicamente primaveral, aunque auténtico quebradero de cabeza para los meteorólogos.
Serán jornadas de mirar los pronósticos día a día.
Novedades que aporta el modelo de cara a la segunda mitad de la SS: en la última actualización plantea un escenario en que el Anticiclón de las Azores recobra protagonismo, acercándose a la Península, pero dejándola sometida a un flujo de norte y con restos de inestabilidad en la mitad este. Esta solución dejaría la inestabilidad relegada al tercio norte, zonas puntuales de la mitad este y Baleares, con claros abundantes en el resto.
No obstante, GFS no es tan optimista en ese sentido, ya que da continuidad a las lluvias durante todo el periodo.
