Buenas tardes. Desde hace ya una semana, los modelos empezaron a anunciar el probable regreso de las altas temperaturas a la península Ibérica a lo largo de la primera quincena del próximo mes de junio, aunque evidentemente todavía está por ver con qué intensidad nos afectaría.
Como se explica brevemente en los siguientes mapas, la pérdida de fuerza del vórtice polar en esta época del año al quedarse el aire frío polar reducido exclusivamente a latitudes altas, hace que el Chorro Polar circule más lentamente alrededor de nuestro hemisferio, de forma que acaba muy meandrizado e incluso tiende a formar pequeños búcles (bloqueos atmosféricos).
De este modo, los anticiclones y su dorsal suben de latitud, preparándose ya para la configuración típica del verano, por lo que en primavera empiezan a configurarse bloqueos anticiclónicos en torno al Ártico (norte de Europa y Asia, parece a día de hoy a medio plazo).
Al empezar el mes de junio, la dorsal atlántica (y el anticiclón) se echarían sobre Europa, y las temperaturas más altas podrían registrarse sobre todo en el suroeste de la península Ibérica, aunque la dorsal abrazaría a gran parte de ella. Eso, si no hay ningún embolsamiento de aire frío cerca que desplace la dorsal a otras zonas, y fastidie la previsión de temperaturas por encima de lo normal.
Posteriormente, hacia el tramo final de la 1ª quincena del mes (días 8-14), ese anticiclón de Europa subiría aún más de latitud, de forma que la dorsal acabaría abarcando a todo el suroeste (e incluso oeste) del continente europeo. Por tanto, cabría esperar temperaturas notablemente más altas en la península Ibérica; ¿próxima oportunidad para el siguiente episodio de calor? Veremos.
Eso no significa que vayamos a tener un panorama de absoluta calma en la península y que no pueda haber cierta inestabilidad. De hecho, algunos modelos barajan el descuelgue de alguna vaguada o embolsamiento de aire frío en altura hacia inicios de junio, que a saber por dónde acabaría paseándose. Pero sin duda, si finalmente el anticiclón sube mucho de latitud, podría imponerse cierta circulación retrógrada a través de Europa, que lo que podría traer es aire frío en altura paseándose por el interior del continente, y dejar situaciones tormentosas en torno a la cuenca mediterránea (y quizás la dorsal no nos afectaría tanto como parece a fecha de hoy). Todavía es pronto para concretar todos esos aspectos.
Como ya sabéis, todo esto es muy orientativo, y habrá que contrastar con las salidas semanales de ECMWF, que por cierto se publicarán en unas horas.
Saludos
Javier