Recuerdo que hace una semana y tras el paso de los distintos frentes que afectaron a la Península, el advenimiento de una dorsal o un anticiclón en altura y en superficie era algo que se suponía de forma implícita. Sólo un esfuerzo de imaginación más y tendríamos la situación de bloqueo presente aunque muchos, entre los que me incluyo, hicimos sólo esa mención muy de pasada porque aunque dicha probabilidad estaba ahí y flotaba cual terrorífico espíritu, los modelos hace una semana no eran claros y, o deshacían la dorsal rápidamente, o la movían hacia el este dejando el Atlántico de nuevo libre. Luego también estaba la impresión subjetiva de que no duraría demasiado( como toda opinión subjetiva en predicción se reveló falsa de forma casi inmediata). Y aunque, siendo objetivos, la situación de bloqueo actual terminará deshaciéndose, el hecho es que, entre tanto, el anticiclón se ha cargado ya todas las perspectivas pluviométricas de lo que pudiera quedar de octubre.
Como siempre, sigamos un poco las vicisitudes sinópticas de la situación actual y sus perspectivas a corto y medio plazo:
En el Atlántico tenemos dos dorsales con sus correspondientes anticiclones en superficie: una se sitúa al oeste englobando Terranova y Labrador. La otra la tenemos sobre nuestra propia vertical a la que, además, se une un centro de altas presiones en altura:
Entre ambos análisis discurren unas horas y se supone que el primero, el del modelo GFS, está más actualizado que el segundo, correspondiente al modelo del Centro Europeo.
Entre ambas dorsales se ha gestado una vaguada planetaria y cuyo eje se orienta en dirección nordeste-suroeste. En dicha vaguada se hallan dos bajas inmersas y con sus correspondientes reflejos en superficie: una sobre el sur de Islandia y otra sobre el oeste de las Azores. Esta última se profundizará algo en las próximas horas hasta alcanzar una cota central de 1000 hPa( 995 hPa en el GFS en su salida de las 06,00 UTC).
No está de más recordar llegados a este punto que la configuración y posterior evolución de las ondas planetarias depende, de forma primordial, de la velocidad del viento a niveles altos. La vorticidad tiene dos términos: uno es función de la velocidad del viento a lo largo de las isohipsas( en los niveles tipo de 500 y 300 hPa puede despreciarse el rozamiento del viento con la superficie terrestre y el viento discurre de forma paralela a las isohipsas) y otro es función del gradiente transversal de velocidad; esto, es de la variación de velocidad a lo largo de un "tubo" o ramal del Chorro Polar. Sé que puede parecer un poco complejo todo esto que digo pero, pienso, que en dos análisis previstos en 300 hPa, se verá mejor:
En el primer mapa puede observarse un máximo de viento, un fuerte "tubo" del Chorro Polar sobre el este de Canadá. En el segundo, dicho máximo o "tubo" se propaga corriente arriba haciendo subir a la dorsal en latitud, profundizando la vaguada donde se haya inmersa la baja azoreña y, ya de rebote, contribuyendo a que "nuestra dorsal" suba otro poquito de latitud manteniendo ya a las islas Británicas bajo su radio de acción. O sea, la baja azoreña encontrará "combustible" para mantenerse y profundizarse algo más.
A 48 horas vista, se dará un "punto crítico" importante cuando ambas dorsales, la situada al oeste del Atlántico y la que tenemos encima interaccionen. Es crítico porque en ese momento la baja permanecerá cuasi-aislada( nunca una baja se podrá aislar completamente en la práctica). En superficie podemos observar un extenso puente anticiclónico en forma de "cúpula" con varias altas en su seno:
A niveles altos, se ha formado un anticiclón sobre la península del Labrador que irá tomando cada vez más protagonismo en las horas siguientes:
Ni que decir tiene que la baja propicia el mantenimiento de la dorsal englobando toda la Península debido al flujo de componente sur. A 72 horas vista, la salida probabilista del modelo del Centro Europeo muestra esto:
En el mapa de la izquierda puede observarse como se va desarrollando un proceso mediante el cual el anticiclón en altura, anteriormente nombrado, se fusionará con nuestra dorsal. Este anticiclón impedía la reintegración de la baja azoreña a la circulación general y, desaparecido, dicha reintegración se produce de forma casi inmediata:
Hay que decir que en este momento la dorsal es un gigante si bien ya con los pies de barro y a la que le empiezan a crecer enanos un poco por todas partes. Dicho de otro modo, es la reintegración de la baja azoreña en la circulación general la que provocará una reestructuración completa de la dorsal. Los síntomas de fatiga de la misma aparecerán primero por el este, por su flanco oriental, y a 96 horas vista:
Las isohipsas en el Mediterráneo occidental se van curvando, aunque de forma poco más que imperceptible. Como suele suceder en estos casos, dicha curvatura es algo más acentuada en el nivel de los 300 hPa:
Se observa, además, una fuerte difluencia en Europa oriental. A 120 horas puede darse ya casi por consumada la erosión completa de la dorsal:
La incertidumbre es bastante grande y afecta, sobre todo, a la posición del Chorro Polar en sí. Esto es importante porque dependiendo de esta posición los cambios se acelerarán o ralentizarán. Es a 144 horas vista, todo un mundo en predicción, cuando la determinista del IFS aísla una dana al norte de Marruecos pero la formación de la susodicha no está, ni muchísimo menos asegurada:
Lo que sí parece más probable es que la dorsal termine cediendo por el este pero sería temerario dar por hecho lo de la dana y, por supuesto, la evolución atmosférica tras esta.
Resumiendo, a día de hoy, poco más puede decirse que es probable que la dorsal ceda por el este debido a los efectos colaterales de una fuerte descarga fría sobre Europa oriental. Todo afán de ir más allá en la predicción resulta fútil. De momento la única disyuntiva válida es si la dorsal, una vez reestructurada, aguantará o no aguantará. La descarga fría en Europa oriental, si hemos de creer a los modelos a día de hoy, afectaría más al cuadrante nordeste peninsular. ¿Síntomas de cambios? Claro que los hay y apuntan a una descarga fría también un poco en consonancia con el refrán aquel que dice:" Por Todos los Santos la nieve en los altos y por San Andrés, la nieve en los pies". Puede aún que tengamos que aguardar un poco más( sí, otro poco) para intuir una situación de lluvias más generalizada( que tampoco sería descartable pero que debido al follón modelístico no llega aún a intuirse). Saludos.