El mes de enero de 2022, que acabamos de dejar atrás, ha estado caracterizado por la estabilidad atmosférica, con pocas excepciones. El mapa de media de presión en superficie lo refleja perfectamente (fuente NOAA PSL).
Tras el frente que nos cruzó en torno a la noche de la cabalgata de Reyes, las situaciones anticiclónicas han mandado en nuestro territorio. Por ello, se han dado importantes inversiones térmicas y en puntos del interior se han tenido muchas noches con heladas, algunas intensas. Lo cierto es que tenemos ya varios precedentes de meses de enero en los que apenas llovió, porque a veces se instala el “anticiclón peninsular”, como lo llama Inocencio Font Tullot en su libro “Climatología de España y Portugal”, y que Mario ha comentado más de una vez en sus excelentes análisis. El autor señala la máxima frecuencia de estos episodios anticiclónicos entre diciembre y enero, pudiéndose extender hasta 30 días en duración, con sus altibajos. Pero este mes de enero no hemos tenido mucho anticiclón centrado en la península ibérica (aunque lo parezca en el mapa que muestra la media de presión), sino que este se ha situado, especialmente, al oeste de la misma y en el entorno de Reino Unido. De modo que enero de 2022 probablemente no pase a la historia como el más seco, pero lo que preocupa es que, en regiones del sur, se van encadenando ya meses y meses en que las precipitaciones quedan por debajo de la media. Y eso se está notando en los embalses, muy por debajo de los valores medios cuando hemos dejado atrás meses que, estadísticamente, suelen ser buenos en lluvias. Ante una situación así, cabe preguntarse qué factores pueden estar detrás de la persistencia de la situación anticiclónica. Yo no tengo la respuesta a esto, porque la atmósfera es muy difícil de entender e intervienen multitud de factores, pero sí que creo que hay dos cosas que pueden haber contribuido.
En primer lugar, si nos fijamos en el mapa que muestra la media de la altura geopotencial a 500 hPa, vemos un patrón algo ondulado, pero con un número de onda pequeño, k=3. Es decir, podemos contar 3 dorsales y 3 vaguadas en todo el hemisferio norte (recuerdo que esto es una media del mes entero). Las dorsales se encuentran en la costa oeste de EEUU, en Europa occidental y en el entorno de la meseta tibetana. Al ser el número de onda pequeño, se deduce que las ondas de Rossby (vaguadas y dorsales) han tenido bastante longitud y, por tanto, su velocidad de traslación ha sido pequeña. Es decir, hemos tenido un patrón de ondas ciertamente estacionarias, con la mala suerte de que a nosotros nos ha tocado la dorsal. En California, por ejemplo, creo que no ha caído ni gota en todo el mes, fruto de la dorsal que afecta a la costa oeste de EEUU y que apenas se ha movido. Otro factor que creo que ha contribuido ha sido el “lóbulo” del vórtice polar troposférico que se ha situado en el noreste de Canadá (se puede apreciar por el mínimo de altura geopotencial). El aire muy frío que asocia, al encontrarse con aguas atlánticas, da lugar a un entorno muy proclive a la formación de importantes borrascas que “arrastran” la masa de aire cálido subtropical hacia nosotros. Estos son dos factores que se me ocurren que pueden haber contribuido a un mes tan seco, aunque habrá otras muchas cosas que tendrán algo que ver. Sería muy interesante indagar en el tema teleconexiones, para ver hasta qué punto han podido influir la ENSO, la QBO, MJO y la estratosfera en todo esto.
Hablando ya de pronóstico, este es análisis del IFS del ECMWF (modelo del centro europeo) elaborado hoy a las 00 Z:
La configuración es de NAO positiva, con un anticiclón de unos 1.035 hPa al norte de las Azores y centros de bajas presiones al sureste de Groenlandia y oeste de la península escandinava de 975 y 960 hPa, respectivamente. La dorsal que nos ha estado afectando estos últimos días nos ha abandonado por el este, posibilitando un descenso de las temperaturas. A 24 horas vista:
El anticiclón de las Azores se nos va acercando y aumentan los geopotenciales en ese entorno. La disposición de las isobaras hace pensar que se impondrá un flujo del este en superficie, observándose algo de aire frío en el Mediterráneo. Probablemente, se acumule nubosidad de tipo bajo en zonas costeras e incluso se escape alguna gota, pero poco más. Por otro lado, en Terranova asoma una baja de 995 hPa, donde se ve que existe un importante gradiente de geopotencial. Esto hará que la baja siga profundizándose. De hecho, esta baja sufrirá una ciclogénesis explosiva, pues a 48 horas este sería el panorama:
La baja alcanza una presión mínima de 940 hPa, según el modelo del centro europeo, mientras que en España continuamos con el dominio de las altas presiones. Se observa, asimismo, una vaguada que va ganando amplitud en Europa central y oriental, dando lugar a una bajada de temperaturas en ese sector. Si avanzamos dos días más en el pronóstico (al miércoles):
La vaguada europea va abandonando por el este, mientras que continúan los centros de bajas presiones en latitudes altas. Al este de Terranova asoma ya el próximo anticiclón que quiere tomar el relevo. Y es en ese anticiclón donde tenemos que poner la mirada en los próximos días, porque si miramos de cerca las isohipsas (colores), se aprecia una pequeña vaguada justo en el centro de altas presiones. Si avanzamos un día más:
El anticiclón ha continuado su camino hacia el este y la vaguada se amplifica también. De hecho, en su parte delantera, se puede observar que la presión ha bajado (ver por ejemplo la cota de 1.025 hPa, que se curva justo al norte de las Azores). Echemos un vistazo a los agrupamientos (o clusters, en inglés) de los 51 miembros del conjunto, para ver qué podríamos esperar de esta vaguada:
Los agrupamientos 1 y 2, que reúnen 44 de los 51 miembros (86%), apuntan a que podría estar muy cerca de estrangularse cerca de la península ibérica, pero como se puede apreciar, con escaso aire frío y, seguramente, sin cerrarse una circulación ciclónica en superficie. Por tanto, las lluvias, de darse, serían escasas y poco generalizadas. El tercer agrupamiento (14% de los miembros) estrangula la vaguada más al oeste, dejándonos bajo el dominio de las altas presiones. Hasta aquí creo que podemos avanzar. Habrá que seguir la evolución de esa vaguada, a ver si pudiera dejar un buen embolsamiento de aire frío en el suroeste peninsular, aunque, como se extrae de las diferentes salidas de los modelos, esta opción es poco probable. Febrero parece querer seguir el curso de enero, con una circulación zonal y opciones muy limitadas de que las borrascas nos afecten. Es cierto que sería raro un mes de febrero sin ninguna alternativa, cuando tiene la fama de “loco”. Pero, a día de hoy, tenemos un panorama similar al que comenté en el último análisis. El EPS, que tiene un alcance de 15 días, muestra hasta D+15 esta situación de zonal alta y NAO+. Las actualizaciones semanales son un calco de la anterior, mostrando la prolongación de este patrón semana sí y semana también. En la estratosfera, está todo muy tranquilo también, sin señales de un CSE en plazos razonables. Como se ve, predicciones que arrojan muy poca esperanza, a casi todos los plazos. Esperemos que “febrerillo el loco” haga honor a su nombre y nos depare alguna sorpresa. No me puedo imaginar qué sería otro mes sin precipitaciones reseñables, con la situación de escasez de agua que estamos viviendo.