DIARIO DE CADIZ
Cadiz capital
Los gaditanos de más edad no recuerdan una tromba de agua igual", apuntó ayer la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, antes de catalogar al temporal que en la madrugada del sábado azotó la capital gaditana como "el más fuerte de los últimos 40 años".
Un "terrible" temporal con vientos de entre 120 y 150 kilómetros por hora y una constante lluvia que dejó algo más de 145 litros por metro cuadrado, así como centenares de incidencias, la mayoría producidas entre las cuatro y las seis de la mañana.
Al mediodía de ayer, con una ciudad ya en calma aunque achicando agua, Martínez repasó esas incidencias, y destacó como "las de mayor gravedad" las inundaciones producidas en los garajes subterráneos y que han provocado cuantiosos e irreparables daños en vehículos. En garajes del barrio de La Laguna, por ejemplo, el agua alcanzó un nivel de hasta tres metros. Y algo parecido ocurrió en los bajos del estadio Ramón de Carranza, así como en el parking subterráneo de la Jefatura de la Policía Local. Ambos completamente anegados. De hecho, el partido del Cádiz de hoy contra el Ceuta se ha aplazado a mañana lunes.
A las ocho de la mañana de ayer la zona del estadio Carranza era una completa laguna donde el agua llegaba a cubrir parte de los coches.
Los bomberos, mientras tanto, no daban abasto para poder acudir a todos los avisos que se estaban produciendo, por lo que tuvieron que reforzar la plantilla para hacer frente al mayor número de incidencias posibles.
La Laguna ha sido uno de los barrios más perjudicados de extramuros, junto al de Loreto y Puntales. Y también la barriada de La Paz. Numerosas señales de tráfico y alrededor de un centenar de árboles de esas zonas fueron arrancados de cuajo -algunos con pavimento incluido- por el enérgico viento.
En el casco histórico, el barrio de La Viña se convirtió de madrugada en una fiel estampa de Venecia. El agua se apropió de numerosas viviendas, y tres familias tuvieron que ser desalojadas por dicha causa.
La alcaldesa llegó incluso a "agradecer" que el temporal hiciera acto de presencia estando la marea baja, ya que de haberse producido con marea alta "no se sabe qué podría haber ocurrido". Asimismo, celebró que no se produjeran derrumbes de techos en fincas del casco antiguo.
A las seis y media de la mañana y en compañía de los concejales de Medio Ambiente, Policía Local, Parques y Jardines, Playas, y Vivienda, Martínez recorrió la ciudad para comprobar el estado de la misma. Aseguró haber visto "auténticas riadas" en las calles Nueva y San Francisco, así como en Canalejas (donde un autobús de Comes sufrió una avería como consecuencia del agua y esto obligó a desviar el tráfico), en el Corralón, La Palma, Benjumeda, y en la calle Brasil. Y señaló como "muy afectadas" por el intenso temporal las vías Cruz Roja Española y Ejército de África.
Igualmente, el azote de la tormenta causó daños en las playas de la ciudad. La rampa sur de Santa María del Mar amaneció hundida, el mar se ha tragado decenas de pailas de la Victoria, y una de las torres de madera de vigilancia de Cortadura cayó a la arena. A todo esto hay que añadir que el Paseo Marítimo dejó de ser transitable por unas horas, y el acceso a la ciudad desde San Fernando también fue cortado al inundarse.
La tromba de agua también provocó incidencias en el Hospital Puerta del Mar. El agua penetró en las áreas de Urgencias, Diálisis y Farmacia, así como en el sótano del centro, obligando incluso a derivar pacientes a otros hospitales de la provincia. Fue el caso de los enfermos de Diálisis, que fueron trasladados a los hospitales de Puerto Real y Jerez y al Centro Periférico de Diálisis de Cádiz. Paralelamente, y siguiendo con el protocolo de actuación del Hospital ante estas situaciones, se habilitaron zonas provisionales en el área de Rehabilitación para albergar las consultas de Urgencias y una parte de las Observaciones. A su vez, aquellos pacientes que en el momento se encontraban en Observación ingresaron en planta.
En el polideportivo del Centro Histórico volvió a llover sobre mojado. Al igual que ocurrió el pasado mes de septiembre, la pista central, los vestuarios y el almacén volvieron a cubrirse de agua. Agua que incluso se filtraba por las paredes del recinto. Y el pabellón Ciudad de Cádiz, concretamente su recién instalado parqué, también sufrió las consecuencias del temporal de lluvia.
En el centro, la iglesia de San Francisco también se vio afectada y, en concreto, la Virgen de los Desamparados de la cofradía del Caído. En la capilla de San Luis cayeron cascotes y por ahí se empezó a filtrarse el agua, lo que afectó a la imagen, que va a estar un par de semanas retirada del culto.
A todo esto, la alcaldesa añadió a media tarde de ayer que varias naves de la zona industrial de la ciudad también se habían inundado, y que la estación de bombeo de La Martona estaba ya "casi normalizada".
Y normalizada también estaba la situación una vez finalizada la tarde, anocheciendo ya. "Afortunadamente, ya no se espera nada parecido a lo de la madrugada del sábado. Ya hemos pasado de alerta naranja a amarilla. La gran duda es qué problemas se podrán presentar en los próximos días con el exceso de humedad"
-----viña cadiz---
En el barrio de La Viña tienen muy claro cuál es la causa de la inundación que sufrieron ayer: el cuadro conmemorativo de la intersección de la Virgen de la Palma para librar al barrio del maremoto de 1755 había sido trasladado de lugar y ya no ofrecía protección. En cambio, en la iglesia de La Palma, donde ahora se encuentra, los efectos de la lluvia fueron algo menores.
Los empleados de la panadería Riancho, en la calle José Cubiles, se afanaban ayer poco después de las ocho de la mañana en achicar agua que salía en riada desde el interior del establecimiento. A las cuatro de la mañana cuando iba a entrar el primer turno salía el agua desde dentro y creían que era un grifo que se había quedado abierto. Sin embargo, pronto vieron que era la inundación causada por las lluvias. Uno de ellos, Manuel Freire, explicó que habían perdido toda la harina y que una nevera se había volcado.
Justo enfrente, en Galería Muiños, una tienda de muebles, su propietario Manuel Jesús Vega lamentaba que lo que había pasado era "una ruina", ya que el agua en la tienda había llegado hasta los 75 centímetros y había destrozado los muebles, sofás y colchones que se encontraban a ras de suelo.
Un poco más adelante, en Corralón de los Carros, 52, los tres bajos habían quedado inundados. Ricardo Ahumada, inquilino de uno de ellos, estaba indignado porque nadie les había prestado ayuda, ni los bomberos, ni la policía, ni las autoridades: "Nada más que se acuerdan de nosotros para el Carnaval". Él, junto a otros vecinos de la calle, había tenido que levantar las arquetas de los husillos para que evacuara más.
Ángel Ramos, propietario del bar Balneario, en San Félix, 1, fue uno de los que ayudó a levantar las arquetas en el momento en el que más arreciaba el agua. Él mismo decía que "nos hemos hecho un poco los héroes". Y es que la necesidad acuciaba.
En el domicilio de Antonio Blanco no se dejaba de achicar agua. Los sofás y los colchones estaban mojados, por lo que ya sabían que la noche pasada no iban a poder dormir en su vivienda de Patrocinio,15. Justo en la vivienda de al lado, Manuel Ordóñez todavía estaba con un traje de neopreno para hacer frente a las inundaciones, aunque "con la impotencia de que veías que no podías hacer nada". Ordóñez, que ha perdido entre otras cosas muchos papeles personales de su familia y el ordenador, sospechaba que las bombas del Campo del Sur no estaban abiertas.
Jesús Trujillo había intentado salvar su coche del garaje subterráneo de Corralón de los Carros, 60, pero la altura que había alcanzado el agua tanto en el interior como en la calle se lo impidieron. Ayer veía con amargura sólo parte de su flamante coche rojo, porque el resto, al igual que el de otros siete vehículos, estaba prácticamente cubierto.
Y es que los garajes subterráneos fueron los principales afectados, sobre todo en la zona de la Laguna. Todos los que rodearon a la zona del Estadio quedaron completamente inundados, sobre todo los de la Policía Local, y los dos que estaban debajo de la antigua Bolera, al igual que uno en Alonso Cano. Los propietarios de los vehículos se agolpaban fuera impotentes porque se les había dicho que hasta el lunes no podían ir los bomberos a achicar agua. En el de Alonso Cano una joven se lamentaba de que el viernes había estrenado su moto y al día siguiente estaba completamente tapada por el agua.
Y cubiertas por el agua también estaban, cuando llegó a su tienda, muchas de las prendas que en ella vende. Ángeles Fierro, de la lencería-corsetería Marfi, en la calle Nueva, seguía a la una del mediodía sin creerse lo que sus ojos vieron a las siete de la mañana. "Abrí la puerta y salió un río de fango. Hasta el fondo del local ha llegado el agua y todas las cajas con mercancía nueva están empapadas. Ni abrirlas quiero", dijo con las manos a la cabeza. "Es la primera vez que veo esto", añadió.
Sin embargo, para la mayoría de establecimientos de la calle San Francisco ayer llovió sobre mojado. En agosto de 2007 se inundaron varios negocios de esta vía, como la marisquería Joselito, cuyo propietario, Manuel Álvarez, comentaba resignado los daños sufridos: "Las neveras no funcionan, se han echado a perder productos, ha saltado el automático, y hoy ya no abriremos, por lo que de caja, cero".
A unos metros más hacia delante, en la zapatería Nuria Cobos, Aniceto Perales no levantaba la mirada del suelo. Un suelo tarimado que va a tener que ser sustituido, ya que el agua hizo mella en él. Y asimismo, también arrasó con el ordenador y con numerosos zapatos de piel. "Para echarse a llorar", resumió. Para echarse a llorar o incluso "para mandar el negocio a hacer puñetas", como se desahogó un indignado José María Díaz, propietario de la boutique Marisa. "Estoy desesperado. No es la primera vez que me encuentro los vestidos de fiesta empapados. Me he gastado un dineral en arreglar la entrada de la tienda y he denunciado al Ayuntamiento que los dos únicos desagües de la zona son insuficientes, pero nada. Así que ahora no veo otra solución que irme, porque no sé por dónde tirar. Encima de la crisis, ahora esto"
-------El torno.jerez----
Creía que no salía de ésta. No me lo creo, nunca hemos visto tal cantidad de agua aquí, las puertas han reventado y he tenido que salir por el tejado". Apenas tres horas y media de lluvias torrenciales sumieron gran parte del Jerez rural en la zozobra y un caos absoluto desde primerísima hora y hasta bien entrado el mediodía de ayer. Numerosas viviendas de vecinos de la zona quedaron incomunicadas y en el caso de La Barca llegó a tener cortados todos sus accesos y salidas durante varias horas, lo cual dejó a la pedanía totalmente aislada. "Ha sido una tormenta increíble, pocas viviendas han quedado sin agua en su interior, no habíamos visto nada igual", relataba Roque Valenzuela, alcalde pedáneo. Un vecino apostillaba: "No he visto en mi vida algo así, ha sido muy desagradable".
"Las arquetas han reventado, la riada podía con todo", abundaba Juan Jiménez, vecino de la barqueña Cooperativa Vieja, una de las zonas más afectadas por el temporal, que se afanaba en proteger su casa de las fuertes precipitaciones. Prácticamente todas las puertas de las viviendas tenían a mediodía una tabica de seguridad colocada por lo que pudiera acontecer. En las estrechas calles, antenas caídas, árboles arrancados del suelo y pringoso fango que inundaba todo. Por la tarde, indicó Valenzuela, la normalidad retornó a la pedanía, con casi toda la lluvia caída desaguada camino del río Guadalete.
Desde el Consorcio de Bomberos confirmaron en un comunicado que se habían efectuado un total de 18 intervenciones en el término municipal, y que se habían desplazado a última hora de la tarde a El Chaparrito para retirar una caída de pinos. Al mismo tiempo, tuvieron sobre todo actuaciones de achiques en viviendas, garajes y vía pública de las pedanías. Precisamente, fueron La Barca y Nueva Jarilla, que en el citado intervalo de tiempo recogieron entre 197 y 240 litros de agua por metro cuadrado, las pedanías más afectadas de la zona rural..
----Lugares habituales---
151,6 litros por metro cuadrado. Éste fue el punto álgido de las fuertes precipitaciones de la jornada de ayer en El Puerto. Éste se produjo a las 11 horas y 35 minutos y fue detectado por la estación meteorológica de la empresa municipal de aguas, Apemsa, que tiene en el centro de la ciudad.
Estas fuertes precipitaciones originaron las consiguientes inundaciones que no fueron de gran calado según apuntaron tantos fuentes de Protección Civil como del parque de bomberos. Eso sí, se volvieron a producir cortes de calles y carreteras en los puntos habituales cuando hay fuertes lluvias.
Tal es el caso de la travesía de la antigua Nacional IV, que volvió a inundarse a la altura del centro comercial El Paseo, lo que provocó que estuviera cortada esta vía de acceso a la ciudad durante buena parte de la jornada. El tráfico tuvo que ser desviado por el polígono industrial de El Palmar, enclave que también estaba anegado en algunos puntos. El Ayuntamiento anunció ayer que estudiará soluciones para evitar nuevas acumulaciones de agua en este punto habitual de incidencias cuando la climatología es adversa.
También tuvo que cortarse el Camino del Juncal a espaldas de El Paseo. En este punto, se vino abajo parte del asfaltado de la calle que en las últimas semanas había estado en obras para la instalación de una tubería por parte de la Junta de Andalucía. Esta vía quedará cortada al tráfico durante los próximos días hasta que no se arregle el gran socavón que se ha originado.
Igualmente se tuvo que cerrar el paso subterráneo de la rotonda del Oasis así como el nuevo paso de acceso a la estación de ferrocarril. Asimismo, el reventón de una de las conducciones de aguas pluviales en la calle Mar Adriático, en la urbanización de Las Redes, provocó que se anegara este enclave de la Costa Oeste portuense. Otro de los puntos donde se produjo una importante acumulación de agua fue en la avenida de Menesteo y la rotonda de La Puntilla.
Mientras tanto, el parque de bomberos tuvo que intervenir en 14 puntos de la ciudad para achicar agua de viviendas, sótanos y garajes. Así, en la barriada de Las Nieves dos familias se vieron afectadas por la inundación que hubo en sus respectivas viviendas. Mientras, sobre las siete de la mañana, tuvieron que acudir a la residencia de ancianos de Las Banderas, actualmente en obras, para achicar agua de su sótano.
Las lluvias también afectaron a algunos locales comerciales, como el Supersol de la rotonda de Puerto Sherry que se vio obligado a cerrar durante buena parte del día para retirar agua de su interior.
Una madrugada de auténtica pesadilla en la que la mayoría de isleños no pegó ojo. Durante todo el día de ayer en la calle no se comentaba otra cosa: los estragos que había causado el temporal de viento y lluvia a su paso por San Fernando. Múltiples problemas, destrozos en viviendas y vehículos y espectaculares estampas de árboles y farolas por los suelos. Afortunadamente, y casi todas las conversaciones a pie de acera concluían en lo mismo, la catástrofe natural no se cobró víctimas ni heridos, aunque los daños materiales fueron numerosos y su arreglo acarreará mucho dinero.
Las cifras hablan por sí solas. Más de un centenar de llamadas recibidas en la Jefatura de la Policía Local; 34 salidas de Bomberos y una treintena también de asistencias por parte de Protección Civil. La noche fue más que movida en La Isla desde que apareció la lluvia y sobre todo el viento, sobre las dos de la madrugada, hasta ayer, en que a lo largo de todo el día continuaron subsanándose los problemas motivados por el temporal varias horas antes.
Las consecuencias, de hecho, se seguirán observando en algunos barrios de la ciudad durante bastantes días más. Es el caso del colegio público Liceo, donde alrededor de las cuatro y media se desplomó uno de los muros laterales que separa al recreo de la calle. La pared se cayó literalmente a trozos sobre la acera al no soportar la presión del agua estancada dentro, ya que había llovido tanto que a los husillos no les dio tiempo de vaciar el agua. Por la hora en la que se produjo el incidente, en plena madrugada, no pasaba nadie por la calle, así que no hubo que lamentar heridos. Pero los escombros aplastaron a seis coches aparcados frente a la pared de este colegio, en la Avenida de la Marina. La Policía Local procedió a cortar el tráfico desde primera hora de la mañana desde la intersección con la calle Real hasta las inmediaciones de Tercio de Flandes a fin de que pudieran recogerse los restos y retirarse los automóviles siniestrados. El tramo afectado continuó cerrado a la circulación rodada durante toda la jornada de ayer, así como la acera donde se produjeron los hechos, que permanece acotada por vallas por cuestión de seguridad.
Las barriadas de Buen Pastor, La Casería, Diputación, la avenida Pery Junquera y el entorno de la plaza de toros fueron algunas de las zonas más castigadas por las inundaciones, aunque lo cierto es que fueron generalizadas. De ahí que Protección Civil, por ejemplo, ayudara en una docena de achiques, tanto en casas como en garajes, sólo por la mañana.
Aparte de las viviendas, los coches fueron otros de los grandes perjudicados por la lluvia y el viento ya que la caída de árboles de gran tamaño en algunos puntos de la ciudad dañó muchas veces a los vehículos aparcados cerca. Así ocurrió en el barrio del Parque (foto superior), La Ardila y en Benjamín López, entre otros.
Desde primera hora de la mañana el Ayuntamiento habilitó un dispositivo especial compuesto por operarios de limpieza y de Vías y Obras para paliar en la medida de lo posible los efectos del temporal sobre la ciudad.