Con mucha lentitud, la actividad ciclónica ibérica se retira por fin, hacia el mar ligur, organizando en aquellas costas los consabidos temporales.
Llega el anticiclón, y se posiciona debidamente en Azores.
Ya sabemos que es lo que pasa cuando nosotros quedamos situados en el borde oriental del azoriano. Un borde Este siempre orlado de vientos de componente norte, acelerados por la proximidad de la borrasca genovesa, que se notan mucho en Pirineos y Ebro (NE) y en general en las cordilleras del interior.
Y con esa evidente "frescura soleada" permaneceremos, mientras el anticiclón hace músculo para enfrentarse al proximo ataque del norte.
Poco nos durarán la presencia de los ponientes (westerlines atlánticos) que como fugaz elemento de transición aparecerán hacia el día nueve, porque
coinciden GFS y ECMWF que hacia el día diez, un profundo surco de aire de origen artico marítimo, con bastante aire frio en altura e inestabilidad asociada nos atacará vigorosamente.
Aunque está por definir la dirección exacta del ataque (recordemos que estamos en el terreno minado del largo plazo) este ataque puede ser una prueba de fuerza para la integridad del anticiclón azores/iberia que en esta ocasión puede salir ganando (dia 11) ya que está bien apoyado en altura y puede desviar y lanzar la incipiente vaguada hacia centroeuropa e Italia, continuando su presencia y su pesada protección altopresoria sobre la península y mediterraneo próximo.
Aunque afortunadamente no estamos todavía ante el efecto de las altas presiones veraniegas. En la segunda quincena de mayor, esa inveterada costumbre del azoriano de hacer excursión hacia el Norte, hará que su presencia en España desaparezca, y que el anticiclón doble la cervíz, ante futuras ondas marítimo-polares. Como debe ser.