Al menos seis personas han muerto y dos están desaparecidas como consecuencia de las lluvias torrenciales que durante las últimas horas han caído en varias provincias de la costa oeste de Italia, especialmente en las regiones de Liguria y Toscana. La zona más afectada y donde se encontraron los cuerpos de las víctimas es la ciudad portuaria de Livorno, en la costa toscana. Allí el temporal llegó después de afectar a Liguria, región limítrofe con Francia. El frente de las lluvias se está moviendo hacia el sur y la alerta roja está ahora activa también en Roma, la capital del país.
“Es un cataclismo”. Mezclando rabia y desolación, el alcalde de Livorno, Filippo Nogarin, no dejaba de utilizar esta palabra, en la sala de emergencia montada durante la madrugada de este domingo. Sobre el casco histórico de esta plácida ciudad de provincia con 320.000 habitantes —que se desarrolla a lo largo la costa, con sus playas, ensenadas y bahías y donde el mar se insinúa hasta dentro del tejido urbano con varios canales— “cayeron más de 400 milímetros de agua en dos horas, entre las 02.00 y las 04.00 de la madrugada”, explicó la responsable de la protección civil de Toscana, Federica Fratoni.
Cuatro de las víctimas son miembros de una misma familia (un niño, sus padres y el abuelo) que estaban durmiendo en el sótano del palacete en el que residían, próximo a un riachuelo y a pocos pasos del mar. Se quedaron atrapados en pocos minutos.
“Las informaciones metereológicas que manejábamos no lo habían previsto. No estábamos preparados”, admite el regidor, reprochando en cierta manera que el servicio de Protección Civil había extendido la alerta máxima, la roja, sólo a Liguria, mientras que había dejado en código naranja a las ciudades toscanas, hasta el momento las más afectadas.
“Hubiéramos evacuado las áreas más frágiles", reflexiona Nogarin. “Para dar una idea de la gravedad de la situación basta decir que la línea de ferrocarriles que llega a Livorno está cortada y que hay barrios enteros sin electricidad, zonas llenas de barro e inundadas. El teléfono no deja de sonar. Estamos desbordados y es algo inaceptable. Nuestro país es vulnerable, pero no existe una estrategia a largo plazo. A nosotros, los administradores públicos, sólo nos queda contar los muertos y cruzar los dedos”, ha dicho el alcalde.
Los bomberos siguen trabajando sin parar en varias áreas de la ciudad que se encuentran inundadas, con árboles caídos y personas atrapadas en automóviles. Además, se vinieron abajo algunos puentes y se desmoronaron calles. Hay urbanizaciones aisladas con hogares que aún resultan inalcanzables.
Coldiretti, la principal organización agrícola de Italia, ha dicho que las consecuencias de las fuertes lluvias se han visto agravadas por la sequía previa que sufre la Toscana, donde este verano ha llovido la mitad que la media de cualquier estío.
Roma se ha despertado también bajo unas lluvias muy intensas pero alrededor del mediodía dejó de llover. Como suele suceder siempre que cae mucha agua en poco tiempo en la capital, las autoridades cerraron algunas estaciones del metro. La inundación de algunas calles ha conllevado retrasos en el transporte público, que ya en situación normal no destaca por su eficiencia. Se registran retrasos también en algunos vuelos programados desde los aeropuertos de Fiumicino y Ciampino, como admite en un comunicado la misma sociedad ADR que los gestiona. La carretera que conecta el centro de la ciudad con Fiumicino está inundada y el tráfico fluye de manera muy lenta.
En el estadio Olimpico de Roma, está a punto de empezar, con más de una hora de retraso debido a las fuertes lluvias, el partido de la Lazio contra el Milan. La Roma juega Génova (Liguria) contra Sampdoria. El partido tenía que ser el sábado, pero al final se celebrará esta tarde a las 20.45.