Buenas tardes!
El trabajo de observación de los modelos, su interpretación y la traducción posterior en una posible tendencia o predicción es tan sumamente complejo que a mi siempre me da mucho reparo lanzarme. Pero son muchos años ya mirando salidas y algo comprende uno. Por esa prudencia que comento y por la seriedad del trabajo de la gente que sí hace comentarios productivos, un poco de cuidado a la hora de escribir, por favor. Gracias
Regresando a las últimas salidas disponibles, el cambio de tendencia para la semana que viene me gusta bastante. Primero, porque nos devuelve al invierno térmico. Y segundo porque abre escenarios interesantes de inestabilidad.
Los ensembles del GFS son buenos, y hacen pensar en una primera decena de enero interesante. Primero con una posible irrupción fría en las vísperas de Reyes (cabalgatas o "pseudocabalgatas" con pleno abrigo) y, tras ese enfriamiento, una posible configuración de levante frío (con precipitaciones en el Sureste) e incluso (ya a demasiadas horas vista) un posible nuevo ataque polar desde el norte del Atlántico. Pero todo son conjeturas, claro está.
El Europeo es algo más plano, con mayor protagonismo de las altas presiones...y el GEM a lo que le da mayor contundencia es al frente del día 4, con regada y también enfriamiento general. Un enfriamiento que persistiría en días posteriores.
Y es que en lo que sí que coinciden todos los modelos principales es en un intercambio de las isos positivas de estas jornadas de Fin de Año a otras negativas en tan solo cuatro o cinco días. Estaríamos ante uno de los cambios térmicos más llamativos en bastante tiempo.
Por otra parte, es siempre muy interesante bucear en los archivos meteorológicos para encontrar similitudes con las situaciones actuales, etc... Así, si echamos la vista muy atrás, la Nochevieja de 1959 y sus días cercanos fueron extraordinariamente templados, con una iso de 16ºC a 850 hPa que abrazaba la Península Ibérica por el sur. También es interesante constatar que el 31 de diciembre de 2000 se alcanzaron los 23 ºC en Granada o que en esta misma ciudad se contabilizan más de una docena de fechas navideñas con temperaturas máximas cercanas o superiores a los 20 ºC. Evidentemente, el resto de años han sido Navidades frías, que es lo estadísticamente más frecuente (sin ir más lejos, la del año pasado fue sencillamente gélida), pero las efemérides comentadas nos confirman que si bien este episodio que atravesamos no es habitual tampoco es inaudito.
Imagino a aquellas gentes de aquella España que se acercaba a la nueva década de los 60 paseando sin tanto abrigo como de costumbre...y sin que ningún cuñado en la cena dijera que aquello era una "ola de calor"
Sigo pensando que el término tanto en 1959 como en 2022 es inapropiado. Pero ya he visto a más de un meteorólogo profesional utilizándolo...
Hay que ver el trabajito que nos cuesta llamar a los episodios de frío intenso "olas de frío" (el año pasado por estas fechas había un debate que no veas) y en cambio lo rápido que a un episodio de altas temperaturas se le pasa a llamar "ola de calor". Para reflexionar, creo.
Señor, dame paciencia...
Saludos!