Una pérdida de volumen implica que se está perdiendo hielo "antiguo". Mientras que un aumento en superfície implica que el albedo se incrementa y la radiación solar devuelta es superior.
Ambos procesos coexisten en estos momentos, pero su coexistencia no se puede alargar indefinidamente (o eso entiendo yo), ya que a mí modo de entender responden a procesos antagónicos. Mi gran duda es, que proceso se impondrá?
Si domina la perdida de hielo "antiguo" terminará por retroceder la superfície total de hielo, ya que los glaciares que llegan a la costa disminuirán su extensión y la banquisa por si misma no tendrá la capacidad de sustituir todo ese hielo no aportado.
Si gana el incremento de albedo, en algun momento se producirá algun efecto rebote que provocará que la masa total de hielo se incremente de nuevo. Creo que para que sea este último proceso el que se imponga, se tendría que profundizar todavía más el aislamiento térmico de la Antártida con respecto al resto del globo, tal y como parece que ha sucedido los últimos años debido a un incremento en los vientos circundantes.
Sinceramente, más que entrar en catastrofismos y políticas, a mi me motiva más el debate climático.
A parte de lo que he comentado anteriormente, que pasará con la corriente termohalina? Se habla mucho de su rama en el Atlántico Norte, pero de la formación de aguas profundas en la Antártida se habla poco o nada, cuando un incremento en la banquisa tiene que estar afectando.