Buenas tardes,
Llevo sin escribir desde marzo o abril pasado. Dejé de intervenir, entre otros motivos, porque prácticamente cada vez que intervenía eran habituales las respuestas (algunas especialmente elaboradas) desmintiendo mis aportaciones o, como mínimo, contradiciéndolas por parte de algunos participantes en el foro. Ni que decir tiene que todos somos libres de escribir, desde el respeto, lo que nos parezca oportuno. Pero esa racha de contrariedades innecesarias (y desmentidas algunas por el propio devenir natural de una primavera que resultó húmeda) y el ambiente general de la meteo en los medios, las redes y los foros sumamente enrarecido y monocolor, me alejaron al fin del interés por participar.
Continuaré apartado, sin duda.
Pero hoy, excepcionalmente, no he podido ya evitar saltar (del mismo modo que saltan a veces los plomos) ante la desagradable deriva informativa que está tomando esta tarea tan noble (en origen) de contar lo que pasa en el tiempo.
Si bien es cierto que, indiscutiblemente, el actual contexto climático es complejo y en ocasiones preocupante, pienso (y que me maten si no hay más gente que lo piensa) que hay una evidente línea editorial, informativa, de opinión e, incluso, de investigación de la que, parece, nadie puede salirse. Una línea única de pensamiento que, como en tantos otros aspectos actuales, es la única posible. Si alguien osa contar cosas diferentes, es vetado o ridiculizado.
No seré yo quien niegue la valía y profesionalidad de investigadores y divulgadores. Ni tampoco la innegable necesidad de seguir concienciando a la población del cuidado del entorno y la urgencia en adquirir hábitos de vida que sean más sostenibles y razonables. Tampoco voy a negar, como ya he apuntado antes, el "desbarajuste" meteorológico en el que estamos inmersos y que parece nos acompañará el resto de nuestras vidas (con todos sus vaivenes, ciclos naturales, idas y venidas).
Pero que todo, absolutamente todo, en lo que respecta a la información del clima y la meteo esté dirigido desde todos los ámbitos y sectores, al unísono, para relacionarlo con el cambio climático (término, por otra parte, que me resulta absolutamente obsoleto), eso sí que me parece un peligro. ¿Es que a nadie más le inquieta que todo el mundo siga la misma línea? ¿Que todo el mundo opine igual? A mi sí.
Dudo que esa tiranía de las ideas que supone que prácticamente nada se encuadre ya en la normalidad esperable y sí en cambio en un futuro -ya presente- terrible, lleno de adversidades, anormalidades y calor mortal, tenga el más mínimo efecto en una mayor concienciación de la población o suponga algún cambio en los usos y costumbres que redunde en una mejora del trato a los recursos y al medio. Todo lo contrario: esta realidad informativa y divulgativa que vivimos, totalmente guionizada desde los poderes políticos y enraizada con una política de Estado que debe justificar millonarias inversiones en planes y programas de dudosa eficacia, lo que hacen es a la postre mantener a la gente empachada, engañada y, con frecuencia, hastiada. Hasta el punto de, directamente, "pasar" del tema. Además, obviamente, de bipolarizar y radicalizar más si cabe.
Y así, en este escenario de la confusión, se perpetuarán los problemas medioambientales, entre el hartazgo de una población a la que no paran de confundir, el incremento imparable de los intereses creados de grandes corporaciones energéticas (hasta el copete ya estoy de la fiebre de las renovables en masa y el terrorífico daño paisajístico que están generando de manera masiva con sus plantas solares y parques eólicos que arrasan nuestros campos y comarcas), y por supuesto el triunfo formidable de la gran lacra de nuestro tiempo: el clickbait y la lucha por ver quién "elabora" el titular más dantesco al servicio de la publicidad.
Un contexto, en definitiva, feo. Un contexto en el que no me apetece participar. Ni siquiera en el ámbito de foros como cazatormentas, que ha sido para mi siempre una alegría y un bálsamo entre tanto jaleo en las redes y que, además, supone conservar buenos recuerdos de cuando contar el tiempo que hacía o hablar de lo que podría pasar en la meteo futura generaba auténticas mariposas en el estómago. Pero este ambiente tan pesimista, esta atmósfera tan cortante y este pensamiento único que se está instalando de manera definitiva en todos los ámbitos, no me gustan. Incluso en el foro.
Por eso, siempre siento alivio al ver que nunca entré en ningún medio a trabajar, a pesar de que eso conlleve una vocación frustrada más, pero guardando para mi la libertad de hablar y opinar sin trabas.
¿Y cuál sería mi propuesta? Sencilla. Volver a describir la realidad meteorológica con un poco de ilusión, con algo de optimismo y de manera original (sin estar encorsetado por la línea global incuestionable). Y, sobre todo, educar desde pequeños en el respeto al entorno y en el saber apreciar la belleza de una naturaleza que, si pudiera hablar, se estaría partiendo de risa ante nuestra torpeza y desencanto.
Terminan aquí mis aportaciones a cazatormentas. No quiero que en ningún momento parezca que me voy enfadado con los administradores del foro, faltaría más. A ellos, siempre, gracias por su trabajo. Ha sido bonito este tiempo de años, colaborando.
Seguiré, como siempre y hasta siempre, observando y disfrutando la meteo. Y seguiré contándolo de vez en cuando en mi facebook de MeteoGranada. Pero, en principio, nada más.
Un poco triste, sí. Pero también convencido.
Un saludo a todos, desde una Granada de tarde dominical otoñal, en la que hasta apetecen castañas asadas y -por qué no- una mantita después de comer....cuando, ojo, la previsión en medios y hasta en Aemet nos otorgaba unos exagerados 33 grados. En fin, parece que después de todo no hay tanto desvarío en mis palabras de arriba.
Buenas tardes