El reto de la humanidad es sobrevivir a las manías de estos personajes,
que son tan importantes que no se pueden privar de sus lujos, pero eso sí, nos piden que hagamos sacrificios por el bien común, pero mientras ellos cobran unas buenas sumas por dar sus conferencias para prevenir sobre el cambio climático,
y sobre todo viven de una manera ecológica, con las caravanas de coches presidenciales, los charters y los suculentos menús, mansiones pequeñitas y montando negocios de energías renovables.
Por supuesto ellos son tan importantes para el planeta que lo necesitan y no pueden prescindir, pero el resto de mortales va a tener que cambiar su modo de vida.
Cosas que dan mucho que pensar sobre el fin de tanta publicidad (no gratuita ni altruista).