Cazatormentas
Foro de Meteorología => Foro de meteorología => Mensaje iniciado por: jota en Marzo 24, 2010, 16:53:58 pm
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No creo equivocarme en relacionar a este miembro de AEMET, ahora con el cargo de Relaciones Internacionales de este organismo, con Arcimis. Un ilustre forero, que ya no frecuenta la red de redes, pero que años atrás nos deleitó con su saber y comentarios en la antigua versión del foro.
Os paso referencia de la entrevista que le hace La Opinión de Málaga. Sus comentarios son de lo más acertados, comparto su punto de vista respecto a lo que comenta sobre el pasado temporal, sus causas, el quitar sensacionalismo al excelente invierno... Como siempre, un placer leerle:
ENLACE A LA ENTREVISTA. (http://www.laopiniondemalaga.es/malaga/2010/03/24/manuel-palomares-calderon-barca-lluvias-invierno-repiten-diez-o-doce-anos/329175.html)
LUCAS MARTÍN. MÁLAGA Su segundo apellido es Calderón de la Barca. Hace cuatro siglos, podría haber escrito dramas, ahora se preocupa en evitarlos. Manuel Palomares es la voz de la meteorología española en el extranjero. La profesión le ha convertido en un experto en mapas de nebulosas, en cuadrantes de amenazas. Dice que las lluvias de Málaga no son una maldición ni un fenómeno extraordinario, sino sencillamente atípico, incluso crónico.
–¿Lo de este inverno es excepcional o se prevé un cambio de tendencia en la provincia?
–Las precipitaciones han sido notablemente acusadas, pero se debe matizar el grado de excepción. No ha sido tan anormal, sobre todo, si se tienen en cuenta los registros históricos. En el siglo XX se han dado episodios de lluvias tan potentes como el de este invierno. Según nuestros cálculos, ocurre aproximadamente cada doce años, con más o menos el mismo grado de intensidad.
–Supongo que no es la estadística lo que propicia las borrascas...
–La sucesión se ha producido por un fenómeno bastante atípico, aunque no lo suficiente como para considerarse fuera de órbita. De vez en cuando, ocurre algo así en el clima del sur del Mediterráneo. Se da una alteración en el sistema de circulación de las corrientes del Atlántico, lo que provoca que los borrascas transiten por latitudes más bajas como Andalucía.
–¿Tiene algo que ver con el cambio climático?
–Lo natural en esta época es que cuando se registra un fenómeno inusual se confronte con el cambio climático, lo que pasa es que hay que tener en cuenta otros factores explicativos. Es evidente que en esta ocasión hay precedentes y modelos con los que compararse.
–¿El clima aún no acusa los efectos del calentamiento?
–Lo que existen son evidencias, indicadores, que, después de mucho esfuerzo, se han demostrado. Lo que todavía no se ha verificado es si se trata de ciclos, que pueden volver, incluso con el efecto contrario al cabo de cien o doscientos años, o de las consecuencias de la actividad industrial del último siglo.
–¿Qué opinan los meteorólogos? ¿Existe algún dato meridiano?
–Sí, en lo que compete a la meteorología, se miden índices como el agua del mar o los fenómenos marítimos. La evidencia consiste en comparar lo que ocurre con lo que sería normal que ocurriese, en confrontar modelos. Los resultados indican que existe una gran diferencia entre ambos parámetros, lo que demuestra, unido a otras hipótesis, que se está dando un calentamiento progresivo y acelerado en los últimos años.
–En Málaga, los efectos no son precisamente los que se pronosticaban. En lugar de sequía, lluvias torrenciales...
–El cambio climático es global, no se puede circunscribir a una ciudad o una comarca. Depende del sistema de la tierra y de la atmósfera. Como es lógico, sus efectos no serán similares en todas las partes del planeta. En algunos lugares se pueden dar años más lluviosos y no precisamente acompañados de un aumento de la temperatura. Frente a un fenómeno de esta magnitud, no se pueden extraer consecuencias de lo que ocurre en una región.
–¿Qué me dice de los maremotos? ¿Se pueden dar en la Costa del Sol?
–No lo puedo decir con certeza porque no soy sismólogo, pero una cosa parece elemental. Málaga se sitúa en una zona relativamente sísmica y está al lado del mar. Si se produce un seísmo de envergadura en las aguas más próximas, se podría formar un maremoto. En la época del ´tsunami´ del sudeste asiático, se decía que la formación de un fenómeno semejante resultaba, a todas luces, improbable en Occidente. Un articulista replicó lo siguiente: yo no entiendo de terremotos, pero he leído a Plinio El Viejo, que describía la llegada de una ola gigante en el Mediterráneo.
–¿En qué han cambiado las predicciones en los últimos años? ¿Existe mayor confianza en el hombre del tiempo?
–Sin duda, la evolución ha sido notoria. La información meteorológica es ahora más cercana y directa, casi a la carta. Los ciudadanos pueden, incluso, consultar desde su teléfono las imágenes que capta el satélite de la atmósfera. La técnica ha aumentado el grado de fiabilidad, que antes se detenía en veinticuatro horas y ahora se prolonga entre seis o siete días.
–¿Dónde están los límites de la predicción? ¿Se dan todavía fenómenos incontrolables?
–La atmósfera es caótica. Se ha avanzado enormemente, con métodos muy modernos, pero es obvio que nunca se llegará a cubrir enteramente el comportamiento de la naturaleza. Las predicciones funcionan razonablemente bien, pero como decía, estamos ante un objeto de estudio cambiante y casi inaprensible.
–¿Cuál es la principal aportación de su gremio?
–Le responderé con un dato económico. Los beneficios sociales y lo que se ahorra en prevención de desastres gracias a las predicciones supera con creces los costes de la Aemet.
–¿Málaga sigue teniendo un clima privilegiado?
–Sí, lo de las lluvias es un episodio. Aquí los inviernos son suaves, los más apetecibles del Mediterráneo.