Lo cierto es que yo ni invierno ni verano los llevo muy bien, sobre todo el invierno por los inconvenientes añadidos: de noche prácticamente después de comer, los anticiclones, el viento y las fiestas de Navidad. Pero sí que es verdad que también la primera ola de calor del verano en junio me corta el rollo, con lo bien que estaba yo con mis temperaturas primaverales. De hecho, el tiempo de esta semana santa para mí ha sido ideal, 25ºC sí pero siempre y cuando no pase de ahí, y la mínima que no se vaya más abajo de los 15. Con que esté cómodo para dormir me vale.
En cuanto a la lluvia, depende. No es lo mismo tener una tormenta de tarde que levanta el ánimo a pasarse una semana lloviendo sin parar. Aunque si es una semana con una breve tormenta cada día, eso sí me vale. Aunque no hay nada más deprimente que un anticiclón invernal, ahí un mes seguido con sus cielos rasos pero sucios y sus amaneceres gélidos.