Necesitaba seis semanas para producir un pronóstico del tiempo para las próximas seis horas, e incluso entonces no era muy preciso.

Y, sin embargo, sus métodos matemáticos, que se volvieron más prácticos con el advenimiento de las computadoras electrónicas después de la Segunda Guerra Mundial, todavía lo ven acreditado como una figura clave en el desarrollo de la meteorología moderna.

Fue un viaje que comenzó en serio el 1 de agosto de 1913 cuando el científico y matemático nacido en Newcastle asumió el cargo de superintendente en el Observatorio Eskdalemuir.

Su llegada se celebra en el mismo sitio 100 años después con la construcción de una placa para marcar la importancia de su trabajo.


El Observatorio de Eskdalemuir se parece mucho a los días de Richardson.

"Para los meteorólogos, inventó el pronóstico del tiempo tal como lo conocemos ahora", explica el actual gerente de la Met Office en Eskdalemuir Ian Dawson.

"Pensamos en formas en que podríamos conmemorarlo".

Richardson fue puesto a cargo de una operación muy diferente a la que ahora se ve en el sitio de Dumfries and Galloway.

"Era el superintendente, el hombre a cargo general", dice Dawson.

"Esto fue en el momento en que había 30 personas trabajando aquí en lugar de dos".

Sin embargo, no tenía experiencia en el campo en desarrollo del pronóstico del tiempo.

"Esto es lo que me sorprendió, vino directamente de la universidad sin experiencia", dice el Sr. Dawson.

"Era matemático. Solo puedo pensar que alguien aquí o dentro de la Met Office pensó que podría haber una solución matemática.

"Se acepta que inventó el pronóstico del tiempo tal como lo conocemos ahora, con computadoras, pero no tenía las instalaciones para hacer nada al respecto".


La ubicación remota se consideró ideal para los estudios de Richardson.

Es fácil ver cómo Eskdalemuir era el lugar perfecto para trabajar en sus teorías.

En aquel entonces no habría habido ninguno de los tronantes camiones de madera que ahora conoces en el camino al observatorio, ni los llamativos colores del cercano centro tibetano Samye-Ling.

El Met Office lo describió como "un lugar muy aislado y solitario, perfecto para el estudio, la investigación y la contemplación".

Ciertamente le quedaba bien a Richardson, quien supuestamente colgaría su sombrero en el exterior de la puerta de su oficina para indicar que no deseaba ser molestado.

Le permitió llevar su "enfoque teórico" al campo y hoy en día Eskdalemuir puede afirmar que es "el lugar de nacimiento del pronóstico del tiempo tal como lo conocemos ahora".



No es que fuera un proceso sencillo.

Un cuáquero devoto y pacifista comprometido, Richardson se declaró un objetor de conciencia durante la Primera Guerra Mundial y terminó uniéndose a una unidad de ambulancias entre 1916 y 1919.


Sin embargo, continuó desarrollando sus teorías antes de unirse a la Oficina Meteorológica en 1920, pero pronto renunció por motivos religiosos cuando se convirtió en parte del Ministerio del Aire.

Fue en 1922 cuando publicó Weather Prediction by Numerical Process.

Calculó que necesitaría 60,000 personas trabajando con reglas de cálculo para predecir el clima de mañana antes de que llegara.

Las computadoras eventualmente harían el trabajo y él viviría lo suficiente como para ver sus primeros esfuerzos a principios de la década de 1950.

Además de su trabajo con el clima, la aversión de Richardson por la guerra lo llevó a estudiar sus causas y publicar trabajos que incluyen Estadísticas de peleas mortales.

Sin embargo, un interés en la meteorología claramente permaneció con él todos sus días.

Se retiró a Kilmun, a orillas del Holy Loch, y algunos residentes mayores aún pueden recordar su tiempo allí.

A menudo se lo veía arrojando chirivías del muelle del pueblo para estudiar cómo las corrientes las movían de la forma en que pensaba que la atmósfera funcionaría.

Murió en su casa en septiembre de 1953, un año antes de que apareciera el primer pronosticador meteorológico en la televisión de la BBC.

Hoy en día, se han convertido en figuras domésticas, alimentando una obsesión nacional por saber qué condiciones enfrentaremos cuando salgamos por la puerta principal.

Así que todos tenemos una pequeña deuda de gratitud con el hombre honrado en el sur de Escocia y el trabajo que comenzó hace un siglo.

Muy interesante el trabajo de sobre Fry Richardson