Hace unas semanas veíamos imágenes de la tormenta de arena que afectó a buena parte de China (sobre todo a las regiones dee Norte) procedente del Desierto del Gobi.
Desde el viernes se repite la situación y la capital Beijing vuelve a ver sus cielos teñidos de color naranja. Se han avistado enormes olas de polvo también en Seúl. En la ciudad de Turpan la electricidad y el suministro de gas se han cortado.
Además, la tormenta de arena ha provocando a su paso numerosos incendios y al menos dos personas han muerto a consecuencia de los fuertes vientos asociados.
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