El clima en el Pacífico marca la grave sequía del cuerno de ÁfricaLas inundaciones y sequías en África del Este son a menudo desencadenadas por acontecimientos lejanos originados en el Pacífico tropical, con una fase cálida (El Niño) y una fría (La Niña), aunque en su conjunto este fenómeno es conocido como El Niño Oscilación del Sur (ENOS).
Actualmente, una sequía catastrófica está causando estragos en amplias regiones de Kenia, Etiopía, Djibouti y Somalia, afectando a la seguridad alimentaria y poniendo a millones de personas en situación de necesitar ayuda con urgencia. Los científicos han atribuido esta situación a las condiciones de La Niña, que prevalecieron a partir desde junio del 2010 hasta mayo del 2011 en el Pacífico.
Que el aumento y disminución de las lluvias en el este de África dependan en parte de ENSO no es nada raro, ya que esta relación existe desde hace 20.000 años, según un estudio publicado en la revista 'Science' por un grupo de científicos de Alemania, Suiza, Estados Unidos, Holanda y Bélgica.
Las claves que apoyan esta teoría proceden del Lago Challa, un lago en un cráter en las estribaciones del monte Kilimanjaro. El lodo en el fondo del lago muestra las capas de sedimentación anual, que consisten en pares de franjas de colores oscuros y claros de entre 0,08 y 7 milímetros de espesor. La comparativa del espesor de estas capas de sedimentos con los registros instrumentales de las temperaturas del Pacífico tropical durante los últimos 150 años muestra que las franjas reflejan el comportamiento de El Niño.
"Durante la influencia de La Niña, las lluvias son escasas y los vientos sobre el Lago Challa son fuertes. Estos vientos favorecen el afloramiento de nutrientes, por lo que intensifican el crecimiento de algas de temporada; estas algas, después de la morir y hundirse, forman gruesas capas de sedimentos de color claro", explica el co-autor del estudio de la Universidad de Potsdam (Alemania), Cristian Wolff. Además, aclara que "durante El Niño, por otro lado, las lluvias son frecuentes y los vientos son débiles, lo que resulta en capas más finas y claras en el sedimento".
El grosor y el color de las capas permitieron al equipo reconstruir la historia de las lluvias en África Oriental hasta la última Edad de Hielo. Las capas son un testimonio de que el clima en esta zona ha cambiado dramáticamente en los últimos 21.000 años. Hace entre 18.000 y 21.000 años, el clima era seco y relativamente estable.
"A pesar de que las lluvias no variaron mucho durante ese período, las capas de sedimentos siguen reflejando el ritmo de los ciclos de El Niño y La Niña", dice el profesor en el International Pacific Research Center y en el School of Ocean and Earth Science and Technology (en la Universidad de Hawaii), Axel Timmermann.
Timmermann añade que "en comparación con esta época más fría, los últimos 3.000 años han sido más húmedos y, sin embargo, más variables, con graves sequías dispersas de siglos de duración".
"Las temperaturas de la superficie oceánica juegan un papel importante a la hora de impulsar el cambio hidroclimático en esta vulnerable región", comenta el profesor en ETH (Zurich, Suiza), Gerald Haug.
Estas observaciones concuerdan con el creciente consenso de que la tendencia actual del calentamiento global afectará a los patrones de las precipitaciones a gran escala. También son compatibles con modelos informáticos que simulan el clima del siglo XXI en el este del África ecuatorial, influido por las crecientes concentraciones de gases de efecto invernadero.
Al subir las temperaturas, la atmósfera retiene más humedad y, por lo tanto, el corto período de lluvias en África Oriental entre octubre y noviembre podría intensificarse, sin embargo, el clima también muestra una mayor variabilidad, por lo que se esperan sequías severas ocasionales como la actual.