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para el ayuntamiento de torremolinos de parte de terral (CLIMATOLOGIA DE MALAGA )
El terral.
Por nuestra posición geográfica este viento terrestre es de componente Norte. Debemos distinguir entre el terral cálido de verano y el terral frío de invierno.
El terral de verano es muy seco y cálido y su presencia hace que en Málaga se registren las temperaturas más altas de la Península. Al descender por las laderas de los montes que rodean la vega, el aire se calienta por compresión adiabática.
Este viento provoca un descenso en la temperatura de las masas de agua al aumentar la tasa de evaporación y al desplazar la superficie del agua mar adentro, lo que determina el ascenso de aguas frías más profundas.
Vamos a distinguir dos tipos de terral cálido: uno que procede del Atlántico y penetra por Galicia, o en diagonal desde el Norte de España, hasta llegar a nuestras costas; otro, más frecuente, que viene del Oeste y al llegar a la costa portuguesa gira y avanza hacia la vega malagueña, convirtiéndose entonces en un viento del Norte. Esta última modalidad se produce con anticiclón entre las Azores y Portugal.
El terral de invierno es bastante más frecuente, con una máxima del 38% en enero y una mínima del 4% en julio. Se presenta también en otoño y primavera, con máxima frecuencia de un 11% en diciembre. Es un viento seco, fuertemente racheado, que deja el cielo despejado aportando una visibilidad extraordinaria.
También pueden distinguirse dos tipos. Uno catabático o de drenaje, surgido de la gravitación de aire frío que desciende por las laderas de los montes hacia la costa. Aparece en ausencia de los vientos de circulación general; es decir, que presenta poca relación con el gradiente isobárico.
El otro caso es el de los vientos continentales que atraviesan Europa y hacen su entrada por los Pirineos. Cuando traen restos de humedad se producen turbulencias a sotavento de los montes y, a barlovento, nubosidad de estancamiento.
El Levante.
Es un viento del Este que se presenta con mayor frecuencia en el estío (junio/septiembre). Se canaliza al cruzar el valle del Guadalhorce, tomando dirección Sudeste. Es húmedo y relativamente fresco y en las noches veraniegas forma nubosidad de estancamiento. Provoca fuertes marejadas y vientos racheados que pueden alcanzar los 60 nudos.
El Poniente.
Viento de componente Oeste que trae carga de humedad del Atlántico y que en invierno provoca abundante nubosidad y temporales de lluvia duraderos. Al juego de los dos vientos típicos se refiere el dicho popular: "El Levante las mueve y el Poniente las llueve". En verano estos vientos se tornan bochornosos: se transforman en terrales cálidos y secos, siguiendo la curvatura indicada en los mapas de superficie del anticiclón de las Azores. Sus frecuencias oscilan entre un 21% en mayo y un 8% en diciembre.
Componente Sur.
Los vientos de componente Sur tienen su origen en la ruptura de la corriente zonal. Provocan áreas anticiclónicas cálidas hacia el Norte y vórtices cerrados fríos hacia el Sur. Esto da lugar a cambios bruscos del tiempo que influyen en la climatología de todo el Sur de España.
Los vórtices o gotas frías están contorneados por aire subtropical cálido. La diferencia de temperatura entre esas masas de aire hacen que el vórtice frío en altura, al quedar cortado de su frente polar, gaste su enorme energía en meteoros tales como tormentas, chubascos, etc. Como consecuencia de ello se han producido muchas veces fuertes marejadas sobre nuestras costas y en más de una ocasión se han desbordado los ríos Guadalhorce y Guadalmedina.
Los puntos de la Península más sensibles a los vientos de componente Sur son el Golfo de Cádiz, el Estrecho y el Mar de Alborán. La estación más perturbada por ellos es la primavera, debido a la gran movilidad de las masas de aire (gran trasiego aerológico del aire polar y tipos de tiempo cambiantes). La menor frecuencia de estas perturbaciones corresponde al verano, a consecuencia de la sustitución aerológica de los ponientes por los levantes.
TEMPERATURA
En las zonas litorales, pese a su baja latitud, las temperaturas son más suaves que las esperadas gracias al papel del mar como regulador térmico. La variación diaria depende principalmente de la procedencia y dirección de los vientos. Los meses más cálidos son julio y agosto, registrándose las máximas peninsulares (>40° C) cuando sopla terral. No obstante, el régimen de brisas y los vientos de Levante, que son los que predominan en verano, hacen las temperaturas suaves y agradables.
Los meses más fríos suelen ser diciembre y febrero, pero aún en invierno se presentan los terrales templados y las temperaturas alcanzan medias de 18° C, llegando en ocasiones hasta los 30° C. Los terrales fríos de invierno hacen que las máximas medias estén comprendidas entre 9° C y 15° C, en tanto las mínimas oscilan entre 4° C y 7° C.
1.2.3. PRECIPITACIONES
En el Sur de la Península Ibérica las características del tiempo, y especialmente de las precipitaciones, dependen de las condiciones del abrigo aerológico y topográfico.
De hecho, la sequedad del Sudeste español, en comparación con la pluviosidad moderada del Sudoeste (Golfo de Cádiz) se relaciona con la presencia de obstáculos orográficos importantes: las cordilleras Béticas. No obstante, las precipitaciones se vinculan prioritariamente con el abrigo aerológico. Esto explica el tiempo, perturbado bajo curvaturas ciclónicas y en calma bajo curvatura anticiclónicas. No debemos olvidar la latitud de la Península: la presencia próxima, en niveles altos, del anticiclón de las Azores provoca sequía durante largos períodos, más acusada cuanto más al Sur y al Este nos situemos.
Por nuestra latitud las precipitaciones dependen estrechamente de los mecanismos polares y no de los tropicales. Así pues, en el Sur llueve cuando transgresiones de aire polar penetran en altitud, con curvatura ciclónica, y con una temperatura suficientemente baja como para que la inestabilidad dinámica y termodinámica se desarrolle.
Pueden señalarse como situaciones sinópticas:
Tipos ciclónicos: Tiempo perturbado por la presencia sobre el Sur de bajas presiones debidas a depresiones atlánticas, perturbaciones centradas al Oeste o Noroeste de la Península, Golfo de Cádiz, Estrecho de Gibraltar o Mediterráneo Occidental. El tiempo se muestra inestable, con elevada nubosidad, fuerte viento y precipitaciones dispares, destacando por su importancia pluviométrica los tipos ciclónicos del Oeste.
Tipos anticiclónicos: El buen tiempo viene determinado por la presencia de altas presiones debidas en ocasiones a altas atlánticas, anticiclones centrados al Oeste o Noroeste, o en el Mediterráneo Occidental. El tiempo es estable, con escasa nubosidad y vientos suaves.
La distribución de las precipitaciones en Málaga está bastante bien definida por las estaciones del año. En verano son escasas, siendo el más seco el mes de julio, con una media de 1,6 l/m2. En agosto las lluvias son prácticamente nulas, con un valor medio de 5,5 l/m2 que corresponden a tormentas de finales de mes y que se prodigan hasta la primera decena de septiembre (conocidas localmente con el nombre de Tormentas de la Victoria).
La primavera suele ser poco lluviosa, mientras que la mayor pluviosidad corresponde al otoño y al Invierno, con una máxima mensual de 96,6 l/m2 en noviembre.