Yo no sabría contestar... Siempre he sentido una atracción irresistible hacia el cielo, sus nubes y sus meteoros... Cuántas veces, de pequeño, yo he hecho lo mismo que tú, Jota, salir a la terraza aquí en Arcos, con mi padre, a ver cómo se acercaban las tormentas con su aparato eléctrico.
En algunas ocasiones muy espectaculares en las que a mi me daba mucho miedo, mi padre y uno de mis tíos salían a ver cómo caían rayos de tormentas brutales que teníamos encima de Arcos, que hasta mi madre tenía que salir enfadada a decirles que se metieran en casa, de los fogonazos que se veían dentro incluso con las persianas bajadas, y los truenos ensordecedores que daban tormentoso
Yo creo que a mi también me viene de familia...
Y tengo una anécdota buena, que si mi tío se entera de que la he contado, me capa: para mi tío, para que diga que una tormenta es buena, se tiene que estar cayendo el cielo... Si no, se ríe...
Pues una vez con tormenta, dijo eso mismo... vaya mierda de tormenta... y de pronto le cayó una piedra de granizo en la cabeza que le hizo un chichón de campeonato. Yo no lo vi, pero la historia me la han contado una y mil veces...
Saludos!