Yo no sabría poner un inicio. Recuerdo desde pequeñito asomarme con mi padre a ver las tormentas nocturnas o por supuesto a simplemente ver de llover. También fue él quién me regaló mi primer libro de meteo con 7 años que fue el que me inició en la parte 'teórica', sobre todo en la observación de las nubes por entonces.

Creo que debe ser algo que llevaré en los genes 

Nací mirando pal cielo... jeje.
Supongo que son los genes, recuerdo de pequeño, con 3 o 4 años que ya me encantaba asomarme por la ventana cuando llovía o nevaba y tirarme un rato largo mirando...

Uffff, desde siempre he sentido una necesidad incontrolable de mirar el cielo, de comprender la naturaleza, de conocer señales que indiquen cambios en nuestro entorno, de aprender sabiduría antigua y popular. Es algo más fuerte que yo, casi una obsesión que me hace estar continuamente escudriñar los astros, mirar los tiempos de las distintas cadenas, etc. Supongo que todos entendereis más o menos lo que digo, jeje. Mes iento entre iguales, aunque aqui hay muchos sabios de los que aprender.

Otra de las cosas que me despertó la afición fueron las gotas frías que nos azotan de vez en cuando. Recuerdo en la época de párbulos como un día una profe le decía a otra: estamos en alerta roja!! y todos mirando por la ventana de clase como se inundaba el patio, como más de una vez mandaban que los padres viniesen a buscarnos y como había días que se suspendían las clases por las fuertes tormentas. Mi infancia fue en los 80 (década prolífera en estos fenómenos) y todo aquello también me marcó mucho

Jajajaa! Me fui a vivir a Motril en el 89, cuando yo aún no había cumplido los 11, y me acuerdo que caían unas tormentas de órdago en Motril. Para llegar al colegio donde iba, tenía que atravesar una rambla que, por aquél entonces, cuando llovía bien, bajaba con unas crecidas de órdago, y me encantaba llegar a clase empapado... Me lo pasaba pipa atravesando las riadas con mis botas de agua (Cómo no se me habrá llevado alguna ) Y precisamente en aquella época, pues creo que en ese mismo 89, cayó una granizada brutal que en el Puerto de Motril se manifestó como nieve granulada... por los comentarios que se escucharon por todas partes...

Otra anécdota guapa es de cuando contaba con 6 o 7 años... Acababa de descargar una tormenta vespertina en Almazán, donde vivía en aquél entonces, y salí a una amplia terraza que teníamos en la casa donde vivía... Bueno; cuando estaba a unos 10 metros de casa, en medio de la terraza, una rayo descomunal que cayó en un edificio de en frente, partió el cielo en dos... y el trueno que pegó fue alucinante... jajajaja... Me fui corriendo para dentro de cada a buscar los brazos de mi madre y yo creo que me pegué llorando el resto de tarde del susto que me pegué. Creo que la única vez que me cae un rayo tan cerca...

Mis inicios son parecidos a los que he leído. Ante todo curiosidad por observar los distintos meteoros y cambios de tiempo.

En mi casa apenas comprendían como me gustaba perder tanto tiempo tras los cristales de la ventana del comedor (tenía que encaramarme a un sofá para llegar a la ventana) para simplemente ver llover. Ni os cuento como me ponía (y aún me pongo), cuando mi madre me despertaba diciendo que había nevado   Jamás he tenido miedo a los rayos, es más, disfrutaba, a diferencia de mis amigos, contemplando las descargas eléctricas y escuchando los truenos posteriores. La niebla de invierno era otro meteoro que me encantaba contemplar desde casa ... con la edad no me sigue gustando tanto, aunque un invierno sin algún día de niebla no es invierno, y si además es helada mejor.

Recuerdo tantas anécdotas de mis tiempos de EGB ... buscar siempre los charcos más profundos para hundir las "catiuscas" ... repasar con anhelo los datos meteorológicos que se publicaban en la revista quincenal local por parte del observador de la época (los mismos que ahora publico yo) ...

Y cuando tuve carnet de conducir a los 18 años ... empezaron mis búsquedas de la cota de nieve a la que veía llover con 2 ó 3 grados en casa  

Los 80, como dice Dani, fueron muy tormentosos por Málaga, y fueron claves en la confirmación de la afición 

Pues yo me aficione solo y de muy pequeñito, debia tener cinco o seis años y fue de la manera más tonta,

Vivia en el pueblo de Monturi, en el interior de Mallorca, y esta asentado sobre una colina y yo vivia en una de las casas más elevadas y tenia una gran perspectiva sobre los campos de trigo y empeze a fijarme con el movimiento de las sombras que producian las nubes que tapaban el sol y asi fue, buscando nubes para mirar las sombras y depués  las lluvias, etc