Según la Enciclopedia de Aves de España, se reproduce en la mitad occidental de la Península, casi de forma continua en la franja que va de la Cordillera cantabrica a los Pirineos por el norte, hasta Cadiz por el sur y en el valle del Ebro. También cria en Galicia y en localidades aisladas de la fachada cantabrica.
Parece que la especie ha ido en aumento en los ultimos años, y a la hora de la migración, cada vez son más las que deciden en quedarse en la Península.
Según los ornitólogos, este incremento se debe, entre otras causas, a los cambios en las pautas de migración de la especie, con distancias cada vez más cortas en tiempo y espacio; los vertederos como nuevas fuentes de alimentación; una mayor concienciación del público gracias a campañas de educación ambiental; unas condiciones meteorológicas adecuadas tanto en los lugares de cría, donde la primavera ha sido más o menos húmeda, como en los lugares de invernada en el África subsahariana, así como la aplicación de diversas medidas de conservación (corrección de tendidos eléctricos).
SEO/BirdLife realizó un conteo a principios de este invierno para ver su evolución desde que se censara por primera vez en 1995. Los resultados han confirmado el incremento del número de ejemplares que se quedan en España. Más de 32.000 ejemplares en 2004 frente a unos 7.500 en 1995. El suroeste ibérico acoge gran parte del contingente y vertederos y arrozales, entre otros, son los principales recursos que hacen que las cigüeñas pasen entre nosotros la estación más fría.
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