Desconozco quiénes son los exquisitos publicistas que han aconsejado mezclar tan flagrantemente churras con merinas a los jerifaltes de la iglesia católica española. Una vez más, han conseguido lo esencial, que se hable del tema, y una vez más, han conseguido herir sensibilidades, en este caso de distinta índole.
Que se metan con asuntos medioambientales ya es para mear y no echar gota. No contentos con tratar de influenciar y dirigir la educación, la conciencia social, económica, y política de las personas, ahora se posicionan en lo medioambiental , y para mal, y encima haciendo una demagogia tan barata que insulta la inteligencia.
Me quedo con las personas de la iglesia que, siguiendo el magnífico mensaje original de su fundador, ese tal Jesús, decidieron irse a currar allí donde más se les necesitaba, las zonas más deprimidas y amenazadas por las guerras de África, Centro y Sudámerica, Asia... y que tan admirable labor están realizando, sacrificando en muchos casos su propia vida por los demás. Ellos sin duda merecen nuestra admiración y apoyo, y en mi caso la envidia y la vergüenza de no ser capaz de sacrificarme como ellos. Por contra, los representantes eclesiásticos de alto standing que están aquí, en el primer mundo, velando por nuestra "moralidad", y defendiendo los interesados valores que ellos creen verdaderos, y que tantas veces coinciden con el recorte de libertades y la imposición, no merecen ni mi admiración ni mi respeto. Por favor, si en pleno 2009 todavía demonizan el sexo y mantienen evidentes actitudes machistas...
Por supuesto, esta es solamente una opinión personal, sin ánimo de ofender a nadie, y mucho menos de convencer a nadie. Cada cual es libre para creer en lo que quiera creer y hallar su propio camino.
Un saludo