¿Increible? como la vida misma
Cuento otro caso cachondo que le pasó a mi padre,
Púes resulta que se encontraba paseando con un amigo por un pinar cercano al pueblo, y en esto que se toparon con una revista guarra que alguien habia dejado abandonada. Ante aquel hecho, y con su improva moralidad, ni corto ni perezoso, no más se le ocurrió que prenderle fuego, supongo que para eliminar tal afrenta moral y evitar así que tiernas miradas pudieran poner en riesgo su inocencia. Al parecer, el fuego de la revista, inflamado, más si cabe, por el combustible lujurioso que aquella contenía se les fue de las manos, y lo que en sí no era más que una "buena obra moral" parecía haberse convertido en los ardientes dominios de Belcebú.
Por suerte no pasó a más (no corría aire y era entretiempo), avisaron y se resolvió sin más percances.
Ahora ya está sobre aviso, y como le hemos recomendado si le vuelve a pasar, mejor que la entierre, o simplemente que no le de más importancia, que probablemente la naturaleza hará su trabajo, y quizás con suerte algún paisano con apretadas necesidades mayores de cuenta de ella sin reparar en su contenido.
:DDD