Yo también lo pasé fantástico alucinando por el verde en pleno verano. Recorrimos los valles mi novia y yo, curioseándolo todo, varias semanas, pedazo de valles, el de Toranzo, el de Iguña, el de Cabuérniga, el de Tudanca y la Liébana. La Piedra Jincá. Santa María de Lebeña. El cocido de Cabuérniga. San Sebastián de Garabandal, lleno de gringos con velas. Los bolos. El solar de la casa de Quevedo en Bejorís. El Pas, el Bedoya, el Saja, el Nansa, el Deva, ni en verano dejan de tener cantidad de agua ¡Qué gusto!