Pues tengo serias dudas de si al reintroducirlo tantos siglos después, no crearán más problemas que beneficios... Me explico:
Hace siglos no habían carreteras, autopistas, trenes, aves (bueno, aves sí, pero no con raíles jejeje), y por supuesto: Habían muchos menos ejemplares de esos animales tan depredadores y esquilmantes: NOSOTROS, los humanos. En definitiva, que si querían ir de Norte a Sur o de Este a Oeste buscando comida o huyendo de climas extremos en ciertas épocas del año, nadie les decía nada, y a lo sumo los humanos cazaban algún ejemplar, pero no creo que mucho más.
¿No creen ustedes que ocasionará un grave problema de gestión el hecho de que unos animales que por su tamaño deben de comer mucho, estén acotados en una superficie relativamente pequeña? ¿O es que les van a echar de comer como si de vacas se tratase?
En Canarias tenemos dos tristes casos de mala gestión de introducción de especies: El Arrui (en La Palma) y el Muflón (en Tenerife), allá por los años 70, cuando la idea de "ecologismo" significaba ver "bichos grandes por el monte". Se introdujeron especies sin contar con los posibles efectos negativos que para el frágil ecosistema insular podría suponer, como la casi desaparición de ciertas especies endémicas. Hoy en día las cosas han cambiado muchísimo, y también la forma de pensar. Por eso me extraña esta noticia (ya la vi el otro día en la tele y me pareció de película política, más que otra cosa)
En cualquier caso, ojalá consigan que se asiente una población estable en la zona, genéticamente sana y sin problemas de salud por endogamia dentro de unas décadas, aunque sea por la parte de educación ambiental que ello conllevaría para la comarca en cuestión. Y si de paso deja beneficios económicos por el turismo que genere, pues mejor que mejor
Claro, que qué duda cabe de que hay que luchar contra la desaparición de especies en peligro de extinción, y que el trasfondo de la noticia tiene un toque épico y nostálgico, e incluso romántico, que puede transportarnos varios siglos atrás..., pero vivimos en una época en la que en el territorio ya no cabemos ni nosotros mismos. ¿No habría que poner los pies en la tierra?
Saludos cordiales