Sí, el viento tiene su parte buena y su parte mala. Yo estoy acostumbrado y, la verdad, es que me gustan las nevadas con viento. Te comento pros y contras. Pros: el viento hace que siempre haya zonas sin nieve, en las que los animales pueden comer, y acumula grandes espesores en otras zonas (ventisqueros) que duran mucho y, con ello, proveen de agua durante mucho tiempo a los pastos situados aguas abajo; efectivamente, el viento quita la nieve de la calle y de los dejados, nieve que, en los lugares del pueblo en que se acumula (por ejemplo en el tejado de la cochera de mi casa) hay que quitar o echar sal en ellos para que si se congela no de problemas. Contras: el viento rompe muchos árboles que, cargados de nieve, no soportan su presión (en la anterior nevada, con rachas de más de 90 km/h., hubo muchos derribos); da problemas en la carretera nacional, ya que el trabajo de las quitanieves no resulta eficaz al mover el viento continuamente la nieve y llevarla sobre ella; además produce mucha sensación de frío aún con temperaturas modestas, no te digo nada si estás a varios grados bajo cero... Saludos.