Comparto con vosotros una reflexión que he vomitado en otro foro a raíz de la emisión de otro exagerado, desinformado, y poco veraz reportaje emitido ayer noche en televisión, y que pretendía versar sobre el increíble frío y nevadas que soportan los españolitos que viven en Alemania o Polonia en comparación con los que nos hemos quedado en España. En esta parrafada, escrita del tirón, he mezclado distintas opiniones y exabruptos que me han ido provocando diversas afrentas en radio y televisión a lo largo del tiempo, y que han acabado saliendo de golpe de esta forma que os adjunto a continuación:
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Hartito estoy del espíritu "España Directo", "Comando Actualidad", y demás zarandajas...
Todo es sorprendente, todo es noticiable, los pueblos del interior de España son poco menos que museos de culturas ancestrales donde pasan cosas curiosísimas que hay que mostrar a toda costa para que el gran público alucine en colores (hay que aclarar que estos programas se dirigen únicamente al espectador de ciudad grande)... A todo esto, el lugareño/a de turno pone cara de no comprender al observar los exagerados aspavientos del reportero/a ante hechos que no dejan de ser absolutamente cotidianos en la España rural.
El reportero/a piensa que, lo que para él era desconocido, ha de serlo necesariamente para todo el mundo, y ya está. La ignorancia por bandera, ése es el espíritu de hoy, y con él se triunfa, eso ya ha quedado patente con el aluvión de "realities" televisivos que subyugan a la audiencia.
Hay muchos niños/as en nuestras ciudades que crecen sin haber visto una gallina ni una oveja. Ya los había hace unos años, y ahora se han hecho mayores y algunos han llegado a reporteros/as de la tele, de forma que salen un poco de su burbuja y se tropiezan con el mundo real, cosa que les impacta tanto que no pueden por menos que contar lo que ven como si fuera insólito y merecedor del mayor estupor.
Hace unas décadas, un muchacho de zonas rurales no salía de su pueblo hasta que se le llamaba para hacer el servicio militar, sin haber conocido gran cosa de la ciudad. Así, todo le resultaba desconocido y seguro que alucinaba con los edificios, el movimiento, el tráfico, los precios, las costumbres, y demás hechos culturales de la urbe. Esto era motivo de continuas bromas y escarnio por parte de los chicos capitalinos, como hemos podido ver en la filmografía de la época con profusión. Eran los tantas veces llamados "paletos".
Pues bien, yo creo firmemente que se ha dado la vuelta a la tortilla, y que los paletos de hoy en día se crían en las grandes urbes. Sí amigos, muchos chavales no conocen más Universo que su barrio, y piensan, además, que pueden dar sopas con honda a cualquiera. En la era de las comunicaciones, televisión, radio, internet, carreteras... la mayoría de la población rural joven está sobradamente informada de lo que pasa en el planeta, y además todos visitan las ciudades con cierta regularidad, ya sea por obligación o por ocio, de modo que, cuando un chico visita por primera vez Madrid, se sorprende, pero no puede decirse que flipe, porque seguro que ha visto mil series desarrolladas en New York, Chicago, Barcelona... Sin embargo, si invertimos la operación, y mandamos a un chaval de barrio periférico de la gran ciudad a un pueblo de Castilla (por ejemplo), ése sí que flipa cuando no ve tiendas, ni taxis, etc. y descubre las curiosas tareas de agricultores y ganaderos, y sus pasatiempos habituales. Éso lo veo cada verano, cuando nuestros descendientes en la diáspora traen amiguetes a los pueblos...
PD.- disculpad el rollazo, es mi opinión personal, necesitaba soltarlo... Por supuesto, espero que nadie interprete que digo que todos los de la ciudad ignoran lo rural, y que todos los rurales conocen la capital, pero sí creo que hay más de los primeros
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