Interesante noticia, para dar un buen bofetón a esos agoreros que a raíz del tornado hablan de cambio climático e historietas varias.
http://www.laopiniondemalaga.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009020800_2_235934__Malaga-vuelto-loco-tiempo-Malaga¿Se ha vuelto loco el tiempo en Málaga?El tornado del pasado 1 de febrero corona un invierno plagado de imprevistos y temperaturas no habituales.
"Hablar de cambio climático a nivel local es absurdo", señalan los meteorólogosLUCAS MARTÍN. MÁLAGA Un invierno más propio de latitudes nórdicas que del corazón de la Costa del Sol. Reservas de agua que flaquean y rebosan como ya casi nadie recuerda en apenas seis meses. Días de terral para no salir de casa. El tornado. Las sacudidas del viento. En el último año, parece que el tiempo se ha vuelto loco en la provincia. La conversación matriz de los ascensores ha ganado en registros. La población quiere saber, se pregunta y tirita con los cambios. ¿Será efecto del calentamiento global? ¿Es cosa del apocalipsis? Hipótesis para todas las sensibilidades.
Los meteorólogos lo tienen claro. Los fenómenos no son un enigma ni representan los primeros síntomas de una ofensiva planetaria.
Hablar de cambio climático a nivel local no tiene sentido, dice Francisco Sánchez, director de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Málaga.Su teoría coincide con la opinión del grueso de los especialistas. La alteración del ciclo de lluvias, el incremento de las olas de frío son acontecimientos muy llamativos, pero forman parte de la variabilidad natural del clima.
No hay por qué alarmarse. Por el momento.
Otra cosa es el tornado. Aunque su irrupción aún está en fase de estudio, Sánchez revela algunos datos a tener en cuenta.
Se trata de un episodio aparentemente excepcional y ajeno a los riesgos típicos del litoral de la provincia. "Las trombas de agua sí son relativamente comunes, pero esto no", señala.
Entonces, ¿qué ocurrió la semana pasada? Para responder, el meteorólogo apela a la naturaleza de los tornados, tan impredecible como el odio de Dios para las civilizaciones antiguas. Este tipo de turbulencias únicamente se puede detectar en el momento que rugen por encima de las cabezas. Es un fenómeno ligado a la inestabilidad de la atmósfera y de formación casi inesperada. "Con las mismas condiciones del otro día, tanto atmosféricas como de humedad, se puede dar y no se puede dar", detalla.
Los tornados no son deterministas. Sobre todo, si reúnen las características del último que azotó la capital de la provincia. Entre otras cosas, porque su zona de influencia es muy local, apenas comprende centenares de metros.
Sánchez es consciente de que la falta de previsión de los últimos fenómenos ha cargado las tintas contra los meteorólogos. Para defenderse apela al gabinete de prensa de la agencia. Aunque las excusas de los expertos parecen sensatas. Los pronósticos no son infalibles y la ciencia, a pesar del avance del último siglo, tiene sus limitaciones. Los fenómenos no se pueden estudiar con excesiva antelación y la estadística es, precisamente eso, estadística.
Ni los mejores científicos del planeta son capaces de asegurar que un fenómeno como el del pasado fin de semana no se va a volver a repetir en el aire que surca la provincia. Su irrupción guarda poca relación, al menos en la actualidad, con el uso de desodorantes poco apropiados para la atmósfera. El tiempo, incluso cuando el hombre iba con taparrabos y prescindía de todo tipo de contaminantes, no siempre se comporta del mismo modo. Que se lo digan a los pantanos.