Ufff menudo tópic... da para toda una vida o más.
¿ver para creer... o más bien, creer para ver?
En nuestro mundo racional, el de los 5 sentidos, lo primero parece lo más congruente con nuestro actual estatus. Pero... ¿alguna vez os molestasteis de corazón en lo segundo?
Probad, probad por un tiempo, o menor intentadlo durante toda la vida, porque merece la pena.
Yo creo en Dios a mi manera.
>
No creo en la interpretación que interesadamente que en general hacen todas las religiones (a menudo incogruentes) Ni las monoteístas ni las politeístas. De hecho me hice apóstata. No necesito interpretaciones hipócritas de algo de todos pero a la vez íntimo como persona, de mi mismo. No necesito interpretaciones de lo que veo y no veo pero que intuyo. No necesito que me impongan, que me excomulguen, no necesito que me perdonen, no necesito que me impongan nada... No creo en el pecado ni en el cielo ni en el infierno. Sólo en Dios.
Los niños acuden a Papá Noel y los mayores a Dios. En general es un dios prefabricado y postizo, un dios interpretado por libros, un dios amoldado a las necesidad humana de poder y dominación. Un dios machista.
No en un dios-protector pero menos aún en un dios-justiciero o castigador.
No creo ni en las grandes creencias monoteístas ni tampoco en las politeístas.
Me hice apóstata porque no me apetece la necrofília, no creo que Jesús fuese más hijo de Dios que yo mismo, sólo fue un hombre excepcional, un revolucionario de su tiempo al que volverían a asesinar si se rencarnara mil veces más, no creo en otra retahila de incongruencias insostenibles como ser idólatras y a la vez católicos. No entiendo que sea un pobre pecador de la pradera porque sí. No creo en cuentecillos sentimentaloides/manipuladores de conciencias/increíbles...
Pero, respeto a quienes crean en ellos y a los adoradores de las deificaciones al uso. No tienen ni más ni menos razón que yo. Su opción es tan buena como la mía: ni peor, ni mejor.
Sólo creo en dios, en dios-todo, el de todos, el de todas, el de todo.
Dios no es justo ni injusto, ni bueno ni malo, ni misericordioso ni avasallador, ni concretable, ni diferente, ni más ni menos...
"Dios es, es siempre y todo lo que es, es él-ella-ello"
Complicadillo ¿eh? Se trata de aceptación de lo que es. Está en todo y en todos. Somos parte suya, somos un todo, porque somos todos/as todo parte única e irrepetible de Dios.
Todo, es Dios. Hasta lo que nos parece malo o nos lo han enseñado así como tal, alguna vez, en el origen del hombre-mujer y que luego se ha perpetuado por las costumbres y la cultura.
No creo en ninguna religión ni en las existentes ni en las pretéritas, sólo creo en el respeto permanente a todo y a todos como vehículo fundamental para recrear en este mundo de nuevo el paraíso que voluntariamente alguna vez olvidamos.
Saludossssssss.