Los boletines de estimación del riesgo de aludes
Servicio telefónico de Teletiempo: 807 17 03 65
Internet:
http://www.inm.esPara las áreas montañosas con larga innivación se emiten
unos boletines diarios muy completos, los boletines de estimación
del riesgo de aludes. Estos boletines incluyen normalmente
los siguientes apartados:
Estimación del riesgo de aludes: Grado de peligro previsto
en las inmediatas 24 horas en las diferentes zonas consideradas,
utilizando como referencia la escala europea (índice
cifrado).
Distribución del manto nivoso: Límites del área esquiable,
apreciación general sobre los espesores y la calidad de la
nieve superficial.
Estado del manto nivoso y evolución de éste en las próximas
24 horas: Chequeo de las nevadas recientes, estado
y evolución del manto nivoso, estabilidad del manto nivoso
y tipo e intensidad del riesgo de aludes.
25
Tendencia de estas condiciones en las próximas 48 y 72
horas: Evolución probable a medio plazo del riesgo de aludes,
dependiente en gran medida de la evolución de las
condiciones meteorológicas.
Predicción meteorológica a corto y medio plazo: Breve información
sobre la situación general y los parámetros previstos,
especialmente aquellos que influyen directamente
sobre el estado del manto nivoso.
Entender e interpretar los boletines
La información sobre la nieve y los aludes se proporciona a escala de
macizo y es válida fuera de las pistas de esquí y en zonas no controladas.
Se trata de un resumen que se centra en informar sobre las
particularidades más representativas de las condiciones nivológicas
existentes o previstas. A menudo se proporcionan datos precisos en
función de la exposición, la altitud o incluso la hora del día.
La consulta de los boletines de estimación del riesgo de aludes se
debe convertir en un acto reflejo cuando se practican actividades en
montañas nevadas fuera de las pistas balizadas y abiertas. En las
estaciones de esquí, es recomendable también la consulta de la información
local proporcionada por sus profesionales.
La estimación de los riesgos hace referencia a la escala europea del
riesgo de aludes la cual consta de 5 índices. Cada unos de estos
índices corresponde a un nivel de peligro para el montañero. Ninguno
de ellos se debe despreciar: en montaña, el riesgo 0 no existe.
Estos índices están ordenados según la gravedad del peligro al cual
se expone el usuario. El incremento del riesgo se basa en el agravamiento
y la variación en la extensión geográfica de la inestabilidad del
manto nivoso.
El objetivo de los boletines no es ni prohibir ni autorizar el montañismo.
No es más que una herramienta de soporte a la decisión que permite
a cada uno adaptar su comportamiento a las condiciones de la nieve.
Es absolutamente necesario tomar en consideración el boletín ínte-
26
gramente y no tener en cuenta solamente el índice cifrado de la escala,
ni fijarse un umbral de riesgo aceptable arbitrario (por ejemplo:
“con riesgo 2, voy a cualquier sitio”).
Las conclusiones extraídas de la lectura del boletín dependen obviamente
de la experiencia y del conocimiento del medio montañoso que
posee cada usuario. En ciertas situaciones el esquiador poco experimentado
puede ser inducido a anular el descenso fuera pista o la
excursión proyectada y a permanecer en las pistas abiertas. El
esquiador experimentado puede decidir mantener una salida prevista
pero escogiendo un lugar menos expuesto que el inicialmente previsto.
Una vez sobre el terreno, conviene valorar si las condiciones reales
son en conjunto coincidentes con las anunciadas. De hecho, la predicción
del riesgo de aludes se establece a partir de las condiciones
nivológicas existentes y de las predicciones meteorológicas, lo esencial
de las cuales está indicado en el apartado de predicción meteorológica
del boletín. Las condiciones nivológicas deben ser replanteadas
por lo tanto si las condiciones meteorológicas evolucionan de manera
diferente a como estaba previsto.
27
Índice de riesgo Estabilidad del manto nivoso Posibilidad de desencadenamiento o salida espontánea
En la mayoría de las pendientes el manto nivoso está
bien estabilizado.
El inicio de aludes no es en general posible más que por fuertes sobrecargas
³ y en muy pocas pendientes empinadas¹. Sólo pueden producirse
espontáneamente coladas o pequeños aludes.
1 Débil
2 Limitado
3 Notable
4 Fuerte
5 Muy fuerte
En algunas pendientes² suficientemente propicias a los
aludes, el manto sólo está moderadamente estabilizado.
En el resto está bien estabilizado.
En numerosas pendientes² suficientemente propicias,
el manto sólo está moderada o débilmente estabilizado.
En la mayoría de las pendientes² suficientemente propicias
a los aludes, el manto nivoso está débilmente estabilizado.
Inestabilidad generalizada del manto nivoso.
El inicio de aludes es posible sobre todo por sobrecarga³ fuerte y en
algunas pendientes generalmente descritas en el boletín. No se espera el
inicio de aludes espontáneos de gran amplitud.
El inicio de aludes es posible con sobrecarga³ débil y en numerosas pendientes,
especialmente en aquellas descritas en el boletín. En ciertas situaciones
son posibles algunas salidas espontáneas de aludes de dimensiones
medias, e incluso grandes.
El inicio de aludes es probable incluso por sobrecargas³ débiles en numerosas
pendientes suficientemente propicias. En ciertas situaciones, son
posibles numerosas salidas espontáneas de aludes de dimensiones medias
e incluso grandes.
Se producen espontáneamente numerosos y grandes aludes siendo de
esperar incluso en terrenos con pendientes poco propicias.
Escala europea de riesgo de aludes para los usuarios de la montaña fuera de pistas y zonas balizadas
1. Pendientes particularmente propicias a los aludes en razón de su
inclinación, configuración del terreno, la proximidad de las crestas,
...
2. Las características de estas pendientes son generalmente descritas
en el boletín: altitud, exposición, topografía, ...
3. Indicación de sobrecarga: fuerte (por ejemplo un grupo de
esquiadores) o débil (por ejemplo un esquiador solo, un montañero).
El término desencadenamiento de aludes se refiere a los provocados
por sobrecargas, especialmente por uno o más esquiadores.
El término salida espontánea concierne a los aludes que se producen
sin causa externa.
29
En la montaña, la práctica de cualquier actividad deportiva exige el
respeto de un cierto número de reglas comunes, factor de éxitos y
garantía de una mayor seguridad.
Algunos consejos
La búsqueda personal de la información
Todas las fuentes posibles deben ser consultadas para conocer:
las condiciones de acceso a las actividades escogidas
las posibilidades de llevar a cabo esa actividad según las aptitudes
de cada uno
la reglamentación que rija eventualmente esta actividad
los riesgos a los que está expuesta la actividad
las condiciones meteorológicas a corto y medio plazo
La condición física
La condición física debe evidentemente ser buena y es deseable la
consulta previa a un médico en la medida que nos permite revelar las
contraindicaciones según la práctica deportiva imaginada. Es aconsejable
una buena preparación (footing, marcha,
musculación) y debe ser concebido y practicado
un entrenamiento más específico en
función del tipo de actividad deportiva
escogida. Primero es necesario “preparar
las piernas”, para después aumentar la
duración del esfuerzo y las dificultades.
Cabe recordar que la capacidad de adaptación
a la altitud varía según los individuos,
pero que una aclimatación progresiva
es indispensable para todos y
sobre todo para los niños.
30
Las técnicas básicas
Cualquier disciplina deportiva demanda la adquisición de un mínimo
de técnicas (teoría y práctica). La mejor manera de adquirirlas es dirigirse
a una escuela o centro especializado y/o participar en salidas en
grupo bajo la tutela de instructores cualificados.
La mejora de la técnica personal garantiza una mejor eficacia, una
economía de esfuerzo y un mayor grado de seguridad.
El equipo
Hay dos tipos de equipo: el individual y el colectivo.
El material debe encontrarse en perfecto estado, acompañado si es
posible de un neceser para reparaciones inmediatas, de un botiquín
personal y de medios de señalización (lámpara,
bengalas, silbato, ropa fluorescente,
etc.). Igualmente debe estar adaptado
a la disciplina practicada y a las condiciones
más desfavorables posibles en
la montaña: niebla, viento, precipitaciones,
humedad, alternancia de sol y sombra,
diferencias entre frío y calor que no son
comparables a las que se encuentran en las
llanuras, etc.
Atención: el sobreequipamiento con equipos sofisticados puede dar
una falsa sensación de seguridad.
La alimentación
La alimentación debe estar adaptada a la intensidad y la duración del
esfuerzo demandado al organismo.
En la montaña, es necesario beber antes de tener sed y comer antes
de tener hambre, de forma frecuente y en pequeñas cantidades.
Saber orientarse
En montaña, independientemente de la actividad que se practique, es
indispensable saber orientarse y conocer en todo momento la posición
sobre el terreno.
31
Por tanto, es necesario disponer de un mínimo de herramientas de las
que es necesario conocer bien su uso: mapas (1/50 000 para las excursiones
por senderos marcados y 1/25 000 para itinerarios fuera de
sendero), brújula y altímetro. La lectura de los mapas topográficos
está al alcance de todos y aunque requiere un pequeño esfuerzo
inicial nos aportará después un cúmulo de satisfacciones.
La orientación aproximada con la ayuda del Sol es fácil, pero en caso
de mal tiempo, la brújula y el altímetro son indispensables.
Antes de salir, es necesario estudiar en casa los
mapas, las guías y toda la documentación adecuada
para adquirir un buen conocimiento del terreno
(longitud de las etapas, dificultades, posibilidades
de abrigo o de aprovisionamiento).
A medida que nos desplazamos, se deben
identificar las cimas, los collados, los valles.
En el caso de que el tiempo cambie, el
mapa permitirá escoger el mejor itinerario de
progresión, de escapatoria... o de repliegue.
N
S
E O
32
Foto: Tartera & Lavilla
El estado mental
Es necesario conocerse a sí mismo, ser consciente de las posibilidades
y limitaciones personales, abordar las dificultades con humildad
y saber renunciar; conocer el medio y respetar la naturaleza; y finalmente,
informar a los familiares, amigos, guardas de refugio, hoteleros
o servicios de socorro de nuestros proyectos (días, horarios previstos,
itinerarios).
Los riesgos específicos de
cada deporte
Ser consciente de la existencia de riesgos
es el paso previo que hay que dar para
incrementar la seguridad. Es necesario
reflexionar antes de actuar, aplicar los
principales consejos básicos que se
dan para cada una de las disciplinas deportivas
(resumen en tabla p. 48).
En las pistas: el esquí, el snowboard y el monoesquí.
Riesgos:
Una mala condición física es el origen de la mayoría de los accidentes
que conllevan fracturas de piernas, rodillas o cadera... El riesgo de
accidente proviene igualmente de un equipo mal adaptado, de
fijaciones mal ajustadas (demasiado laxas disminuyen el control de
los esquís), colisiones entre esquiadores, de una mala apreciación de
las dificultades, del estado de una pista o de su grado de frecuentación,
o incluso de un nivel técnico insuficiente del esquiador.
Atención
En caso de accidente dar la alarma es muy importante
33
Consejos:
Observar las consignas de seguridad de las estaciones, y en particular
respetar los horarios de apertura y cierre de las pistas; observar las
diez reglas de conducta dadas en la p. 36; no dejar a los niños esquiar
solos y protegerlos equipándolos de un casco.
Fuera de las pistas: el esquí, el snowboard y el monoesquí
Riesgos:
Los riesgos provienen de los principales peligros del fuera pista (aludes,
grietas, barras rocosas), de la dificultad de evacuar un eventual
accidentado, y de los obstáculos desconocidos (terrenos accidentados
y no seguros).
Consejos:
La técnica debe ser superior a la necesaria para el esquí de pista.
Es necesario tener un buen conocimiento de la montaña e informarse
del estado de la nieve, la predicción meteorológica y el
riesgo de aludes. Se debe esquiar en grupo pero con suficiente
espacio entre los miembros de éste. Cada miembro debe llevar
un Arva (aparato para el rescate de víctimas de aludes, emisorreceptor),
una pala y una sonda y saberlos usar.
El esquí nórdico
El esquí de montaña y la marcha con raquetas
Riesgos:
Estas actividades reúnen todos
los riesgos ligados a las condiciones
del terreno y atmosféricas
en la montaña. El riesgo de alud
es el principal peligro.
34