Sigo con este goteo de reportajes de 2008 que estoy poco a poco colgando en cazatormentas a modo de presentación. Sin más, os dejo con el siguiente:
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Ayer fui a dar un paseo por uno de mis rincones favoritos, el valle del Razón. El río Razón nace en Soria, en la Sierra Cebollera, exactamente en la vertiente sur de la cima conocida como Peñón de Santosonario, y discurre hacia el sur formando un precioso valle entre la sierra del Portillo de Pinochos (o Sierra del Castillo) y la Loma del Picorzo.
Siempre comienzo mis caminos por este valle en la cascada del Chorrón, lugar singular donde el agua hace una cabriola, y brinda un paraje muy agradable donde puede uno refrescarse (en verano) y sacar lomo, queso, chorizo y bota, al concluir la jornada.
Al frente, las nubes pujan por tocar las copas de los árboles
En el valle del Razón no existen monarquías absolutas, de modo que el pino albar (
Pinus sylvestris), alterna su reinado con el rebollo (
Quercus pyrenaica) y el haya (
Fagus sylvatica), aunque son muchas especies las que complementan estos densos bosques. La parte inicial, más baja, del recorrido, está dominada por el rebollo, si bien en las riberas del Razón a esta altura quien manda es el abedul (
Betula alba).
A medida que se avanza, se va sumergiendo uno en un típico pinar albar, salpicado de vez en cuando con pies singulares de otras especies, como esta magnífica haya
y algún cerezo silvestre (
Prunus avium)
Como en todas las sierras norte de la provincia, por doquier se ven rastros de ciervo rojo (
Cervus elaphus)
Al poco tiempo de camino, la pista presenta una finísima capa de nieve helada, exiguo botín de la pequeña nevada de anoche (el pequeño cánido del centro es mi perro, Sil, que siempre me acompaña)
Sobre ella, aparecen impresas las huellas del esquivo tejón o tasugo (
Meles meles). La hoja de la navaja mide unos 6 cm
Más adelante, las hayas comienzan a sustituir a los pinos
Al poco pueden observarse pies imponentes, algunos de ellos centenarios
mientras discurrimos por una cerrada galería casi monoespecífica, hayedo, reino de la sombra
de cuando en cuando, algún arroyo rompe el silencio con el rumor de sus gélidas aguas
los arroyos logran abrir un pasillo de luz suficiente para que otras especies puedan establecerse en sus orillas, como acebos, robles, majuelos, algún serbal de cazadores, mostajos, etc. escapando así parcialmente del tenaz sombreo de las hayas
después la senda nos lleva de nuevo dentro del pinar, no sin atravesar algunos claros cuajados de escobas, majuelos, acebos, enebros...
Ya de vuelta, en las zonas un poco más bajas en las que el río coge anchura, penetra plenamente la luz sobre bosques misceláneos, en los que podemos encontrar especies tan de la tierra como el acebo (
Ilex aquifolium),
o el rebollo,
esta imagen es muy representativa de la riqueza del lugar, en ella se ve roble rebollo, haya, acebo, pino, escobas...y justo al lado quedaba fuera de cuadro un esbelto abedul
a cierta altura hay una presilla, con la característica escala de peces, que permite a las truchas remontar
Por último, los grandes centinelas del valle del Razón, ambos tapados por nubes que han estado agarradas a los picos toda la mañana. Al este, Cebollera (2142 m)
Y al oeste, Castillo de Vinuesa (2086 m)
Parafraseando al ilustre amante de las montañas sorianas Antonio Machado:
"Quién ha visto, sin temblar, un hayedo en un pinar"