No podía ser de otro modo. Una ruta estupenda. Nos hemos juntado, Victoria, Toni, Fran, Pepe, Manolo, y servidor de ustedes. A las diez, comenzábamos el ascenso. A un paso normal, y recreándonos en el entorno, el día lo merecía. Un cielo totalmente despejado, nos invitaba a disfrutar del paisaje.
Comenzamos a andar en el Cortijo Robledal Alto, por una pista forestal amplia y cómoda. El camino hasta La Maroma en esta parte, está bien señalizado y no hay pérdida. Cuando se acaba la pista, comienza un sendero bien marcado y que tras dos considerables repechos, nos lleva al Tajo del Contadero. Un paso estrecho, donde las ovejas pasaban de una en una y los pastores aprovechaban para contarlas. Un poco antes, ya habíamos comenzado a disfrutar del paisaje. Sª Nevada, parecía estar a un tiro de piedra. Muy poca nieve en esta sierra. Tras diversos descansos, llegamos al Salto del Caballo y a Las Loberas. Aquí ya, hay que estar atento y fijarse en los distintos hitos, de madera, o de piedras. Nos acercamos a la ladera sur de La Maroma y ascendemos con el mar y la Axarquía a nuestra izquierda. Salares, Sedella, Canillas de Aceituno, a nuestros pies. Un poco más allá, los pueblos de la costa. Continuando el ascenso, nos giramos, y Sª Nevada, sigue dominando las vistas, pero una agradable vista tenemos hacia el este de esa sierra, Calar Alto. A ojo, creo observar la cúpula del telescopio grande, con el catalejos lo confirmo. Buenos recuerdos acuden a mi mente. Nos recreamos mucho en las vistas y seguimos ascendiendo. Hacia el interior, las vistas son muy extensas, apenas hay una ligera bruma. En el mar si la hay, una pena, no veremos África. Cuando llegamos a la cumbre, manolo, que se había adelantado, ya “dormía plácidamente”. Las vistas hacia el oeste, llegaban hasta Los Reales de Sª Bermeja, Estepona, cuya cumbre se alzaba sobre las nubes.
Una vez en la cumbre, a reponer fuerzas y a descansar, algunos estábamos algo tocados, cuarentaiocho horas antes, habíamos ascendido El Torrecilla. Unas fotos y observar el pozo de nieve, una sima natural de veitiocho metros de profundidad, iniciamos el regreso. Disfrutando del entorno y ya con las piernas algo tocadas, llegamos a las seis de la tarde al punto de inicio. Poco después, estábamos en un bar de la zona comentando la ruta y disfrutando de unas cervezas bien frías y un buen plato de queso, y otro de jamón. Ya aquí, nos despedimos hasta la próxima ruta, que será la semana que viene. Esta vez la haremos por la zona oeste de la provincia. Algo buscaremos. Que Fran decida.
Enlace a fotografías:
http://picasaweb.google.com/santopitar.ma.3/LaMaroma050208?authkey=Y89F1OPEXTQSaludos montañeros.
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